CiU y Esquerra pactan convocar la consulta soberanista en 2014

El pacto deja vía libre para el acuerdo de estabilidad parlamentaria entre ambas formaciones que garantizará la Presidencia de la Generalitat a Artur Mas, que gobernará en solitario con el apoyo externo de Esquerra. En principio, la alianza sería al menos por un periodo de dos años, hasta la celebración de la consulta, y aseguraría la aprobación, al menos de los Presupuestos de 2013 y 2014.

CiU, sin embargo, se negó a confirmar el acuerdo y a través de mensajes telefónicos negó que se haya cerrado un calendario para el referéndum. Fuentes nacionalistas que pidieron anonimato dijero, en cambio, que el acuerdo está cerrado. A la espera de que ambas formaciones hagan público los términos del acuerdo, en principio han optado por una fórmula intermedia de consenso en la que las dos puedan encontrarse cómodas. CiU no quería atarse de manos con una fecha cerrada sobre la consulta porque su intención es agotar la negociación con el Gobierno central para que autorice un referéndum contemplado por la Constitución y además, según señaló Josep Antoni Duran Lleida, quería acabar de buscar el marco legal que ampare la consulta y una vez encontrado celebrarla.

Esquerra Republicana, en cambio, reclamaba concreciones de calendario para que la apuesta de CiU por la consulta fuera firme y, con día y hora fijada de antemano, y no pudiera tener la tentación de echarse atrás, como así se lo piden desde amplios sectores del empresariado catalán.

De esta forma, CiU y Esquerra ceden en sus planteamientos y allanan el camino al acuerdo, y aunque no hay una fecha concreta, sí queda en el horizonte más próximo el 2014. Ese año se cumplirán los tres siglos de 1714, cita tótem para el nacionalismo catalán porque fue cuando tuvo lugar el sitio de Barcelona en la guerra de la Sucesión española. Además, 2014 es el año que Escocia y Reino Unido han pactado la consulta escocesa y la coincidencia podría ayudar a Cataluña si, agotada la vía del entendimiento con el Gobierno central, la Generalitat tuviera que recurrir al amparo internacional para dar cobertura legal a su referéndum.

Con el acuerdo aún en el horno, ya empiezan, por tanto, a precipitarse las fechas sobre la investidura del próximo presidente del Govern. En principio, todo apunta a que entre este jueves y el viernes podría haber fotografía de Artur Mas y Oriol Junqueras, escenificando el pacto. Después, esta alianza será sometida al escrutinio de los consejos nacionales de Convergència y Esquerra, que se reunirán el sábado. Una vez los partidos den su visto bueno, el Parlament podría constituirse entre el lunes y el martes y el nuevo presidente podría ser investido, en primera votación, entre el 21 y el 24, antes de Navidad como pretendía Mas.

En cualquier caso, aún quedan unos días de duras negociaciones porque pesar de que el hueso de la consulta está bien encarrilado, queda por cerrar todo el capítulo económico, que también se las trae dado que la Generalitat tendrá que acometer un recorte de 4.000 millones el año próximo. Un panorama con el que el giro social que Esquerra reclama a CiU es complicado.

La federación nacionalista y la formación independentista buscan alguna fórmula para superar el límite de déficit que fija el Gobierno para las comunidades autónomas para tratar de salvar el estado de bienestar. Pero el Ministerio de Hacienda se muestra inflexible en este sentido y más aún con Cataluña, que ha acudido al Fondo de Liquidez Autonómica. De ahí, que hoy por hoy Esquerra se centre en la reinstauración del impuesto de sucesiones, en aplicar nuevas tasas a las grandes superficies y las centrales nucleares y en suprimir el euro por receta, como medidas que sirvan para vender ante su electorado que ha logrado dar un giro a la izquierda en las políticas de la Generalitat.