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España, la tierra prometida para el inversor americano

Rajoy viajó a Washington con varios objetivos. Entre ellos, devolver el interés inversor de EE.UU. por nuestro país. El presidente se trae el compromiso de 6.000 millones de inversión a medio plazo

España, la tierra prometida para el inversor americano efe

María Jesús Pérz, Susana alcelay

Había cierto nerviosismo en la delegación española que acompañaba a Mariano Rajoy la pasada semana a Estados Unidos en su reunión con Barack Obama . Pero también confianza. El clima se tornaba entre expectante y optimista. No por ser una visita tan esperada -desde hace ya dos años- , y por tanto con la preparación previa adecuada, tenía que ser fácil «per se». El momento actual, desde luego, ayudaría más que entonces. Tras meses y meses de decisiones difíciles y de escasa popularidad, los resultados van tornándose positivos. Ahora las cifras económicas -algunas- acompañan, a pesar de que hay una muy concreta, la del altísimo desempleo del país, que sigue preocupando. Y mucho.

Sin esconder esa tasa de paro cercana al 26%, Rajoy se presentaba el lunes pasado en el despacho oval ante Obama con un discurso esperanzador y, esperaba, que resultara convincente. Incluso ahora que España se ha estabilizado sigue habiendo enormes desafíos para reducir el desempleo e incrementar el crecimiento, le explicaba a Obama, pero «eso no es único en España, es verdad en toda Europa», le dijo.

Después, tras una hora de reunión a puerta cerrada en el despacho del líder norteamericano, volverían a retomar el espinoso tema. Esta vez ante los medios de comunicación que se mantenían a la espera. De hecho, en su comparecencia conjunta, Rajoy reconocía que el paro «sigue siendo el gran problema» de España pero calificaba de «muy alentadoras» las últimas cifras y aseguraba que el país volverá a crear empleo en un futuro próximo. Este año o, a más tardar, en 2015.

«Le he explicado al presidente (Obama) -puntualizaba Rajoy a los periodistas españoles hasta allí desplazados, entre los que estaba ABC- que el año que viene España tendrá crecimiento económico y va a crear empleo por primera vez en muchos años».

No en vano a Rajoy le ha «tocado» vivir, y decidir, duras reformas que defiende, tanto en público como en privado como «absolutamente imprescindibles», todo con el firme objetivo de poder sanear cuanto antes la economía nacional, tan castigada y maltrecha tras el anterior Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Aumentar el flujo inversor

El objetivo declarado del jefe del Ejecutivo para su primera entrevista oficial con Obama era presentar la incipiente recuperación del país, del que ha dicho en varias ocasiones en los últimos meses que ya ha salido de la recesión , si bien no aún de la crisis. Y dejar constancia y traerse la convicción de que la visión de España y de Europa ha mejorado sustancialmente en los últimos meses al otro lado del Atlántico.

Una visión que preocupaba explicar porque en los últimos años, los de la interminable crisis, dejaban por el camino un desinterés inversor por España galopante. Pero esa tendencia ha cambiado. Esa es la percepción generalizada que se traían de vuelta los miembros del Gobierno que arroparon al presidente en su viaje a Washington. Su jefe de gabinete, Jorge Moragas; el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz; el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito; la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro; el jefe de la Oficina Económica de Moncloa, Álvaro Nadal; y, el jefe del Departamento de Seguridad Nacional, Alfonso Senillosa, además del embajador español en Washington, Ramón Gil-Casares.

Y las últimas cifras están ahí para demostrar que el camino se ha despejado ya en 2013. Según los datos de la balanza comercial entre EE.UU. y España de la Secretaría de Estado de Comercio española, las ventas de bienes al país americano hasta octubre del año pasado supusieron 755,2 millones de euros, mientras que las importaciones superaron el billón de euros. En 2012, las exportaciones españolas a EE.UU. ascendieron a 9.012,72 millones de euros, cifra récord, con un aumento del 14,2% en tasa interanual y los sectores que más crecieron fueron los de automóvil y bienes de equipo, según el último informe económico y comercial del ICEX.

Capital en Estados Unidos

Las empresas españolas tienen en la actualidad un capital invertido en Estados Unidos que puede cifrarse en unos 40.000 millones de euros. «2007 fue el año de mayor inversión, sobre los 12.000 millones, luego ha ido bajando y en 2013 se puede estimar en menos de 500. ¿Qué pasará en 2014? Probablemente crecerá algo, pero no mucho, salvo operaciones especiales», explica José Ramón Pin-Arboledas, profesor de IESE.

Pero lo que realmente busca España es que ese interés perdido del inversor norteamericano vuelva de forma rotunda a nuestras tierras. «Las inversiones en España por parte de EE.UU. varían mucho de año en año. Desde casi 2.000 millones al año antes de la crisis hasta unos 700 en los peores años. Lo normal -aunque según García-Legaz este año se pueden superar por e l anuncio de dos importantes inversiones con repercusión en la creación de puestos de trabajo a medio plazo- es que anualmente ese flujo se cifre entre 1.000 y 2.000 millones de media anual», apunta Pin-Arboledas. Estimaciones, por cierto, que coinciden con las que barajan ya en el seno del Ejecutivo español, pero que también dependen de salvar ciertas «trabas» comerciales entre ambos países.

Acuerdos de futuro no lejano

Tras la reunión de ambos presidentes, el secretario de Estado de Comercio García-Legaz y el jefe de la oficina Económica, Álvaro Nadal, hicieron lo propio con los asesores económicos de Obama -Jason Furman y Valerie Jarret-, a la que se unieron varios empresarios. Una reunión, muy prólija en intenciones futuras no muy lejanas. Las buenas relaciones comerciales -coincidieron- se han retomado de hecho tras el parón visto durante los años de crisis, pero la previsión es que ya este mismo año van a mejorar de forma sustancial.

García-Legaz lo constataba a su vuelta al anunciar dos importantes acuerdos de inversión de sendas multinacionales norteamericanas en nuestro país ya este año. El grupo de servicios de Tecnología de la Información UST Global, que prevé crear unos 3.000 empleos en España en el plazo de 3 a 5 años y que, de momento, abrirá un establecimiento en la capital; y el gigante de la distribución al por mayor Costco, que ha trasladado al Ejecutivo de Rajoy ambiciosos planes futuros por todo el territorio nacional, hasta una docena de centros, que darían empleo a más de 3.000 personas (unas 300 por cada establecimiento). Esta firma lleva en España con procesos de selección de personal desde abril del año pasado, tras anunciar apertura de centros en Madrid y Sevilla,

En total, solo con estas dos inversiones los empleos creados superarían los 6.000. Por ello, en la agenda de Rajoy con Obama se trató también la marcha de las negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos , que según el Ejecutivo español generaría un crecimiento anual del 0,5% del PIB de la UE, un impacto de 6,6 puntos posterior en el PIB español a largo plazo. «Las negociaciones para el acuerdo son un asunto de enorme importancia» para el Gobierno español y España va a apoyar con todas sus fuerzas y en las medidas de sus posibilidades el que se logre ese acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos», le adelantaba Rajoy a Obama.

Y es que aún hoy sí existen ciertas piedras en el camino para agilizar el comercio entre ambos países. Por ejemplo, en el campo agrario. Pin-Arboledas lo explica: «Existen barreras fitosanitarias que a veces se utilizan como escudo de la producción americana. Eso se nota en las dificultades para obtener certificaciones en el origen que permitan exportar, como por ejemplo Embutidos Fermín en Salamanca que ya puede hacerlo con Jamón Ibérico, o en las inspecciones exhaustivas de los cítricos en la aduana estadounidense. Eso dificulta la creación de filiales españolas en USA ante esas incertidumbres en la importación».

Todo ello está a la espera de la negociación y posterior firma del Tratado de Libre Comercio Trasatlántico entre la UE y EE.UU. Aún así se estima que las exportaciones de España a EE.UU. que rondan los 8.000 millones, con algo de mejora de las relaciones podrían llegar a los 10.000 millones, que daría un buen empujón al sector agroalimentario. Mientras, las importaciones superan los 10.500 millones. «Es decir una tasa de cobertura entre exportaciones/importaciones del 75% favorable a EE.UU. España es el país número 27 de 31 (según años) en los proveedores extranjeros y el 26 en clientes de EE.UU, por tanto el recorrido posible en una y otra dirección es importante», concluye el profesor de IESE.

El peso de la burocracia

Ahora bien, las quejas de los inversores americanos respecto a España también fueron escuchadas por el Gobierno español de palabras del presidente americano. Y son, sobre todo, derivadas de la burocracia. En particular las que se refieren a los permisos de residencia y trabajo para ciudadanos americanos expatriados en sus filiales españolas.

Y es que no solo de casos como los de Gates y Soros (hoy, segundo y tercer accionista de FCC al comprar el año pasado un 6% y un 3,8% de la constructora, respectivamente) puede vivir España. Este tipo de inversiones son muy importantes, como la de los fondos «buitre» pero, lo que en realidad hace falta, es que las empresas americanas se instalen dentro de los dominios españoles. Creando riqueza directa al país. Capital y empleo. Por ello, para los empresarios españoles, se antojaba también muy importante este encuentro, porque el mercado estadounidense es «prioritario». Y ciertamente lo es. Estados Unidos es el principal socio comercial de España fuera de la UE y representa el sexto destino de las exportaciones españolas de bienes. Además, es el sexto proveedor de España, ya que el 4% de las importaciones españolas procede de aquel país.

Así, al encuentro institucional entre políticos de ambos lados del Atlántico se añadió otro encuentro, apoyado por la Oficina Económica del ICEX, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, el presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Jaime Malet, y una amplia delegación empresarial. Entre estos últimos, el presidente de Telefónica, César Alierta; el de ACS, Florentino Pérez; el de Acciona, José Manuel Entrecanales; el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; el de Indra, Javier Monzón, el de CaixaBank, Isidro Fainé, o el de Repsol, Antonio Brufau. También viajaban a Washington el vicepresidente de Abengoa, José Terceiro; el vicepresidente del Santander en EE.UU., Román Blanco; el responsable del BBVA en aquel país, Manuel Sánchez; el del Sabadell, Fernando Pérez Hickman; el consejero delegado de Abertis, Francisco Reynés; el de Ferrovial, Íñigo de Meirás; el director general de Inditex, Marcos López.

El mensaje de los empresarios españoles fue idéntico al de la delegación institucional encabezada por Rajoy, por la necesidad de cambiar la percepción de España que había en Estados Unidos desde hace dos años. En el país se pensaba que la situación era de declive total. Objetivo cumplido. Ahora las cifras son optimistas. Las reformas han logrado mejorarlas. Por tanto, la confianza volverá al país desde el otro lado del Atlántico. De hecho, ya ha vuelto.

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