Yo, contratado

Adolfo Moreno

A sus 28 años Adolfo Moreno encaja a la perfección en el patrón de joven preparado golpeado por la crisis. De formación periodista en el mes de mayo ha encontrado trabajo como gestor comercial en IdealMedia Plataforma de Comunicación. Cuenta Adolfo que su nuevo contrato tiene una remuneración de 800 euros mensuales más comisiones y 30 horas semanales. De momento se trata de un contrato temporal, pero es optimista respecto al futuro porque «al fin he encontrado una empresa estable». Después de trabajar durante dos años y medio en Cuatro decidió hacerse autónomo, dedicándose a la edición de libros . Incluso l legó a publicar una novela . Desde que comenzase a buscar empleo en Agosto del pasado año ha experimentado en sus carnes la temporalidad del mercado laboral: «Hace poco llegué a tener 5 contratos en un periodo de 40 días en empresas de telemarketing».

Durante el tiempo en el que ha estado en el paro Adolfo no pudo cobrar subsidio porque había dejado su trabajo voluntariamente para cambiar a un puesto mejor del que fue despedido en periodo de pruebas, y la legislación impide el cobro del subsidio si se produce en los tres primeros meses. La situación le obligó a volver a casa de sus padres las pasadas navidades. Esta misma mañana, a través de twitter, manifestaba su alegría sin dejar de acordarse de quienes en este mes de mayo no han tenido las misma suerte. A partir de ahora, su objetivo es claro: estabilizarse laboralmente, ahorrar, y en unos meses, volver a independizarse.

Twitter de Adolfo Moreno

Cristina Jiménez

Cristina Jiménez, a sus 33 años, no sólo encontró trabajo durante este mayo, sino que era de lo suyo, de lo que le gusta, de periodista, y se siente por ello un «milagro con piernas» , lo equipara casi con salir premiado en la lotería. Durante los últimos meses realizó varias entrevistas de trabajo (llegando a la fase final, en algunos casos) y su currículum estaba muy bien considerado, todavía cobraba la prestación de desempleo. Pero no cuajaba nada. Y, aunque la situación no era desesperada, puesto que la red de seguridad familiar lo permitía, cuando uno está parado siente que «cunde el desánimo».

Esta burgalesa de nacimiento y maña de adopción trabajaba en Dow Jones realizando traducciones del inglés al español de artículos del mercado de divisas, escribía también reportajes; cuando la despidieron fue algo dramático: «Nunca me habían despedido de ninguna parte. Aunque intentaron que el aterrizaje fuese lo más suave posible: con una buena indemnización y carta de recomendación (que creo que me ha ayudado)». Ahora Jiménez trabaja en revista Inversión y, «como es obvio», está muy contenta.

José Ángel

José Ángel ha encontrado trabajo el pasado fin de semana en una gasolinera en la que había trabajado anteriormente. Su anterior empleo había sido de encargado en un restaurante. Cuando lo perdió en octubre del año pasado tomó la determinación de no quedarse parado y decidió sacarse el acceso para mayores a la universidad.

«Ahora me han hecho un contrato hasta octubre a jornada completa cobrando poco más de 1.000 euros al mes. Si me dan beca, mi idea es empezar Derecho en septiembre ».

Cristina Pizarro

Llevaba 6 meses en el paro. Después de terminar la carrera de periodismo en 2008 Cristina Pizarro estuvo empleada en diferentes empleos, desde una tienda de ropa hasta de camarera. Trabajó además en varias agencias de temas multimedia gracias a diversas becas. Antes, había cursado un Máster en Comunicación Corporativa y Publicidad en la Universidad Complutense. «Terminé la universidad en 2008, justo al estallar la crisis y no pude encontrar empleo ». Entonces decidió estudiar el Máster para no estancarse.

En el mes de mayo ha encontrado trabajo como Ejecutiva de cuentas junior en la agencia Trescom. Ha conseguido un contrato de 6 meses pero cree que tiene vocación de continuidad. «Es una agencia pequeña con potencial para crecer». Además, no está mal remunerado, cobra cerca de 1.000 euros netos . Y Cristina tiene la ilusión de crecer con ellos. Desde los 18 años estuvo trabajando en empleos que no tenían relación con su profesión, y han sido los derechos adquiridos con esos contratos lo que le permitió gozar durante los 6 meses de paro de una prestación por desempleo. Eso ha sido lo que le ha permitido no tener que volver a casa de sus padres y poder seguir compartiendo piso, aunque confiesa que ha tenido que pedirles ayuda. «Si no llego a encontrar este trabajo me veía dejando Madrid».