entrevista
«El acuerdo no es la paz definitiva en Iberia, pero es un primer paso»
Gregorio Tudela, el catedrático designado por el Gobierno para poner fin al conflicto en la aerolínea, aún confía en que los pilotos acepten su propuesta
luis m. ontoso
Tarde apacible de jueves en el campus de Cantoblanco (Universidad Autónoma de Madrid). Los alumnos se apiñan en la puerta de la facultad de Derecho esperando el inicio de la siguiente clase. Al entrar en las aulas, el edificio se queda en un silencio sepulcral, ... propio de este rincón de Madrid apartado del bullicio de la capital. Nadie diría que en el despacho 43, en el que figura en el nombre del catedrático Gregorio Tudela, se resolvió uno de los conflictos empresariales más duros -y ruidosos- de los últimos años.Nombrado mediador en el conflicto de Iberia por parte del Ministerio de Fomento logró que el pasado miércoles la mayoría de los sindicatos y la compañía se pusieran de acuerdo para negociar el plan de reestructuración, parar las huelgas y reducir el ERE hasta los 3.141 trabajadores afectados.
-¿Satisfecho por el acuerdo?
-Me siento satisfecho dentro de lo satisfecho que se puede sentir quien es consciente de que se va a poner fin a 3.141 contratos de trabajo.
-¿Cómo definiría el acuerdo? ¿Una tregua o la paz definitiva en Iberia?
-Yo quisiera que fuera la paz definitiva, pero vamos a ser menos pretenciosos: yo creo que es una tregua, que en todo caso permite alcanzar la paz definitiva. Es el primer paso de un camino que tiene que permitir andar en una relación nueva.
-Algunos sindicatos, como Sepla, Stavla, CGT y CTA-Tierra, no firmaron el documento. ¿Confía que se unan en los próximos días?
-Mi percepción es distinta. Hay tres sindicatos minoritarios que han manifestado un «no» categórico y, por tanto, entiendo que no se van a sumar al acuerdo. Y luego está el caso más singular de Sepla, que no ha dicho «no», sino que necesita un periodo de reflexión para ver si algunas reivindicaciones podían tener encaje en el acuerdo. Haré todo lo posible para que se encuentren cómodos en el marco del acuerdo durante el periodo de reflexión que ellos se dan, 15 días, aunque a mí me gustaría que fueran menos.
-Sin embargo, Sepla denuncia que el documento no cumple los mínimos que exigen, al no recoger las garantías de futuro...
-El tema de las garantías es muy etéreo. ¿Qué significa garantizar la viabilidad en la empresa? A veces son grandes palabras con un contenido muy estrecho. En mi opinión, la viabilidad se garantiza con acuerdos como este, que significan un esfuerzo económico por parte de la empresa, el sacrificio salarial que van a tener que realizar los trabajadores y la mejora de productividad, poniendo a la compañía en condiciones de mejor competitividad. Yo no creo que ningún consejo ni ningún empresario quiera hundir su propia empresa.
-¿Habría sido coherente pronunciarse sobre la integración de Iberia Express en la matriz o que Vueling no operase desde Madrid, como pedían los sindicatos?
-En mi opinión, no. Se lo he dejado claro tanto a la empresa como a los sindicatos. Si cualquiera ve el acta de mi nombramiento comprobará que a mí se me designa en el marco de un proceso de consultas de un ERE. Yo no me puedo pronunciar sobre una fusión, que por cierto fue aprobada con el apoyo de los sindicatos, o sobre la creación de Iberia Express... son asuntos fuera de mi competencia.
-¿Teme que la empresa dé marcha atrás si no hay un acuerdo unánime?
-Espero que no. Yo no puedo decir qué es lo que va a hacer IAG ni nadie. Los términos del acuerdo son claros y no hay ningún motivo para que la compañía dé marcha atrás.
-¿Supervisó el Gobierno en todo momento el proceso?
-Desde el Ejecutivo no he tenido ninguna interferencia. Me he sentido absolutamente libre en el diseño de la mediación. Yo no soy un hombre del Gobierno y, de hecho, en algunos sectores de la Administración mi nombramiento no ha sentado bien.
-Lo dice, imagino, por sus críticas a la reforma laboral...
-Es conocido que yo firmé un manifiesto en contra de la reforma laboral, que hoy firmaría de nuevo. Simplemente se ha producido la feliz coincidencia de que distintas personas pensaron que yo podía ser quien mediara en este conflicto, con el acuerdo de todas las partes.
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