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Tom Chaplin: «Era un desastre, estuve a punto de morir por las drogas»

A sus 37 años el cantante de Keane inicia su carrera en solitario con un disco que cuenta su caída en picado y salida de hoyo

Tom Chaplin en plena actuación NORBERTO DUARTE

LUIS VENTOSO

Esta historia siempre llama la atención, aunque les sonará a conocida: joven estrella de rock digiere mal la fama y las parrandas de su oficio y acaba naufragando en el pozo de la priva y las drogas. A veces el epílogo es un réquiem –Janis Joplin, Hendrix, Amy Winehouse–, otras llega a tiempo la rehabilitación (Clapton, Elton John). Por ahora Thomas Oliver Chaplin, Tom para el mundo, pertenece al gremio de los supervivientes. Él era el angelical y poderoso cantante de Keane , una banda inglesa de calidad, de gran éxito entre 2004 y 2012, cuya la singularidad consistía sustituir la inefable guitarra por el piano.

En 2006 se hundió por primera vez y fue sometido a rehabilitación en una clínica londinense de gran fama, Priory. Pero en 2015 recayó. Asegura que a comienzos del pasado año estuvo a punto de morir tras varias noches de alcohol y cocaína a caño libre.

«The wave»

El relato acaba bien , con ayuda del psicoanálisis incluida. Chaplin presenta ahora su primer disco en solitario, «The Wave», que se publicará el 14 de octubre. Resulta sorprendentemente bueno, pues él mismo compone todas las canciones cuando nunca se había dedicado a ello. Es una obra sincera, donde cuenta su gira por el infierno y cómo retornó a la superficie. Chaplin tiene hoy 37 años, está casado desde 2011 y es padre de una hija de dos. Poco queda de aquel serafín rubio de los inicios de Keane, un grupo de chicos bien. En este hotel del Soho aparece un hombre alto y canoso, locuaz y muy educado, acorde a sus orígenes. Se crio en una ciudad costera de Sussex, al Sur de Inglaterra, hijo del director y propietario de una escuela, miembro de la Orden del Imperio Británico.

—Lo suyo más que un disco parece una resurrección.

—[Chaplin suelta una risotada] ¡Siiií! Me parece una manera bonita de describirlo, así me he sentido. Hay una parte de milagro en todo esto, porque mi vida se había convertido en un completo desastre, estuve a punto de perderlo todo y hasta de morir. Tras un enorme desfase de drogas de varios días, me dije: «Tengo que cambiar, tengo que hacer algo». Afortunadamente a la mañana esta vez seguía pensando igual. Estaba exhausto tras tantos años viviendo así.

—¿Por qué entró en esa espiral? Usted parecía un chico exitoso y agradable de la buena burguesía inglesa. ¿Fue la fama el problema?

—La fama puede que lo acelerase, pero el problema ya estaba allí. Probablemente el deseo de ser cantante fuese ya una forma de autodefensa. Yo era un tipo agradable y educado, como tú dices, pero por debajo no me sentía así. Me sentía triste, ansioso y temeroso del mundo. No sabía quién era. Lo que se veía por fuera no era yo.

—¿Cómo ha reparado su avería?

—Lo he conseguido, sí. Ahora me siento muy diferente. He cambiado como persona, algo que es muy difícil.

—En realidad eso es muy difícil, casi imposible, somos como somos…

—Bueno, yo creo que sí tenemos posibilidades de elegir. Si hubiese seguido siendo como era, tomando drogas, medicándome a mí mismo, estaría arruinado o muerto. Me vi forzado a cambiar como persona. Mi vida es ahora tan buena… ¡Tengo tanto por lo que vivir después de estar casi muerto! Aprecio la vida más que nunca antes. Aquello fue algo horrible de experimentar, pero también puede tener una parte útil si logras superarlo. Cada día me levanto con energía, con apetito por ver qué puedo hacer hoy. Realmente tuve mucha suerte al sobrevivir.

—Su disco es muy bueno.

—Oh, muchas gracias.

—¿Por qué no había compuesto canciones antes?

—Tim [Rice-Oxley, compositor y teclista de Keane] hacía las canciones, y eran tan buenas… Los papeles estaban definidos, él componía y yo cantaba y para mí era cómodo. Pero luego, con la rutina de giras y discos, aquello cambió. Empecé a tener un deseo que me quemaba de contar lo que yo llevaba dentro. Otro asunto que influía, claro, es que todo el tiempo que estuve con miedos y tomando drogas no estaba en el estado adecuado para componer. Cuando compones tienes la piel muy fina, te vuelves muy vulnerable y no logré afrontar eso hasta el pasado año.

—¿Quién es la niña rubia que aparece con usted en la portada del disco?

—Es mi hija. El álbum realmente cuenta una historia, un viaje de la oscuridad a la luz, y yo quise que cada canción se reflejase en una foto. Trabajé con un fotógrafo muy veterano, que lo hizo. En el caso de la de mi hija, quería contarle mi visión de la vida, que hay momentos brillantes, pero también otros de mierda. No quería contarle que la realidad es solo azúcar, como hacen muchos padres, quería que supiese que también existe la resaca. Pero en esa canción hay algo más. En el primer año de su vida yo realmente no estaba. No era un buen padre para ella, andaba fuera y con mi adicción. Ahora soy mejor y le he hecho una promesa: “Siempre estaré ahí si me necesitas”. Hoy puede confiar en mí por completo. Para mí es importantísimo poder decir algo así.

—Escuchándole durante años, alguna vez he pensado que usted habría podido cantar ópera.

—Oh, sí. Es verdad que tengo el registro adecuado. Es gracioso, recuerdo que cuando murió Pavarotti, sentado al piano traté de hacer «Nessun dorma». Uff, allí me di cuenta de que en realidad necesitas años y años de entrenamiento para hacerlo bien. Puede que tenga el talento natural, pero tendría que trabajar muchísimo para ser un gran cantante de ópera.

«Me encanta España»

—Usted ha cantado mucho en España. ¿Le gusta? Igual por la fiesta hasta le gustaba más de lo debido…

—Ja, ja ja, sí… Me encanta. Adoro España. La cultura es tan rica y estimulante. Inglaterra es muy agradable, pero no existe esa pasión.

—Bueno, ustedes cuando caen unas pintas también alborotan lo suyo.

—¡Exactamente, así somos en Inglaterra! Y eso es una vergüenza. Prefiero que las cosas salgan de manera natural, como ocurre en España. Los conciertos allí siempre estaban llenos de energía, la gente te da tanto… ¡Y la comida! Oh, esa comida. Es mi favorita en todo el mundo.

—¿Está contento con el Brexit? Usted es muy inglés, tal vez votó Leave.

—No, realmente no voté. La razón es que encuentro la política muy confusa. Con frecuencia se miente tanto como se puede. No creo que un ser humano pueda tomar la decisión correcta con un simple sí o no. Es imposible, la vida no es blanca o negra, está llena de grises. Se ha creado un gran dolor de cabeza, pero al final no creo que la situación sea muy diferente a la de antes. Habrá acuerdos y la misma libertad de movimientos, etc.

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