Las alas de la literatura privada de libertad
Investigadores de Yale han descubierto la primera novela escrita en prisión por un afroamericano. Hace unos meses, se desveló la autoría del libro de una esclava que fue best seller en 2002
inés martín rodrigo
Austin Reed nació como hombre libre a principios del siglo XIX cerca de Rochester, en Nueva York. Tuvo una juventud problemática y terminó internado en la Casa del Refugio de Nueva York, el primer reformatorio juvenil de Manhattan, donde aprendió a leer y a ... escribir. Hacia 1830, cometió una serie de robos por los que fue encarcelado en la prisión estatal de máxima seguridad de Auburn (Nueva York), donde en 1890 tuvo lugar la rimera ejecución en la silla eléctrica en Estados Unidos (hoy es la cárcel más antigua que aún permanece en funcionamiento). Allí, Reed fue sometido a un régimen de aislamiento y tuvo que realizar vejatorios trabajos forzados en el más absoluto silencio, pero encontró tiempo para su verdadera pasión e impulso vital: la literatura. Según se desprende de una extensa investigación que acaba de hacer pública la Universidad de Yale, Austin Reed escribió allí, entre 1830 y 1850, el que se considera e l primer libro de memorias de un afroamericano en prisión.
El manuscrito, de 304 páginas, se titula «The Life and Adventures of a Haunted Convict, or the Inmate of a Gloomy Prison» , fue adquirido por la de la Universidad de Yale tras un laborioso proceso de autentificación y será publicado por Random House a principios de 2016 .
El origen de tan valioso manuscrito era, hasta ahora, un auténtico misterio. Según explica a este diario Caleb Smith , el profesor de Yale que ha encabezado las labores de autenticación de la obra, hace años Jeffrey Marks , un marchante de libros antiguos descubrió, en una subasta estatal en Rochester, un manuscrito excepcional fechado en 1858. La familia que se lo vendió explicó muy poco a cerca de su procedencia o su periplo a lo largo de los últimos 150 años, aunque es posible que la obra no haya llegado a salir nunca del estado de Nueva York.
Smith, que ha escrito e investigado ampliamente sobre la vida en prisión, está convencido de la autenticidad del manuscrito. Una autenticidad que ha sido corroborada mediante archivos de la prisión de Auburn, artículos de prensa y documentos judiciales. Para ello, Smith contó con la ayuda de Christine McKay , investigadora y documentalista del Schomburg Center for Research in Black Culture de Manhattan.
«El libro está escrito con una voz feroz y hermosa», afirma Caleb SmithEl valor del descubrimiento es incuestionable para el profesor de Yale: «Es el primer relato penitenciario de un autor afroamericano y está escrito con una voz feroz y hermosa». Además, «muestra las profundas conexiones que había entre las instituciones esclavistas y penitenciarias antes de la Guerra Civil ».
La investigación de la Universidad de Yale se centró en la verificación de la identidad del autor, pero Smith también quiso describir «el contexto en el que Reed escribió, un contexto que incluye la reforma penitenciaria del Norte y la c ontroversia sobre la esclavitud en EE.UU ».
Alentado a leer y a escribir
Desde el punto de vista literario, Caleb Smith reconoce que la prosa de Austin Reed «no es pulida, pero es lírica y feroz». El preso «escribe con ira sobre las condiciones en la prisión, pero también dedica palabras de delicadeza y aprecio hacia los capellanes y guardias que intentan mejorar esas condiciones». Las condiciones de la cárcel de Auburn eran extremadamente lamentables, aunque Smith cree que «es posible que los presos fueran alentados para que aprendieran a leer y escribir para estudiar la Biblia» y, de hecho, en el manuscrito Reed llega a mencionar la novela «Robinson Crusoe» y un poema de William Cowper titulado «The morning dream».
«Reed quería claramente que el libro se publicara y fuera leído»«The Life and Adventures of a Haunted Convict, or the Inmate of a Gloomy Prison» está escrito con el estilo dramático de un narrador encarcelado y a lo largo del texto hay numerosos errores gramaticales y de ortografía. Austin decidió escribir como Rob Reed, aunque los investigadores de la Universidad de Yale no tienen claro por qué empleó un pseudónimo. En las primeras páginas, el autor describe con todo lujo de detalles un incidente que tuvo lugar en su infancia cuando, animado por su hermana, intentó matar a un hombre para vengarse de una paliza que éste le había propinado. A medida que el manuscrito va avanzando, comienzan a aparecer los tortuosos castigos que Reed sufrió en Auburn, ya fueran las frecuentes palizas u otros métodos que ignoraban por completo los derechos humanos.
Lo que está claro, según Caleb Smith, es que «Reed se dirige a un ‘lector’» y hasta se atreve a incluir «florituras literarias». «Quería claramente que el libro se publicará y fuera leído», asegura el profesor de Yale, que está preparando una edición completa del manuscrito para su próxima publicación.
Primera novela de una esclava
Tan relevante descubrimiento para el mundo de la literatura afroamericana llega solo unos meses después de que un profesor de la Universidad de Winthrop (Carolina del Sur ) desvelara el misterio que se ocultaba detrás de la autoría de «The Bondwoman’s Narrative» , la primera novela escrita por una esclava bajo el pseudónimo de Hannah Crafts . El manuscrito, también en posesión de la Beinecke Rare Book & Manuscript Library de Yale, habría sido escrito, según explicó en su momento Gregg Hecimovich a «The New York Times», por Hannah Bond , una esclava de una plantación de Carolina del Norte propiedad de John Hill Wheeler.
El manuscrito fue adquirido por Henry Louis Gates Jr ., uno de los investigadores más importantes de la historia afroamericana, en una subasta en 2001 por 8.500 dólares tras descubrirlo en un catálogo de un anticuario. Una vez autentificado, fue publicado por Warner Books (ahora Grand Central Publishing) y en 2002 «The Bondwoman’s Narrative» se convirtió en un auténtico éxito de ventas y tuvo gran aceptación por parte de la crítica, que llegó a elogiar la representación dramática de la vida en el Sur a mediados de 1850 a través de los ojos de una sirvienta culta y refinada con claras influencias de Dickens o Charlotte Brontë . Pero nada se sabía acerca de la verdadera identidad de la misteriosa Hannaha Crafts hasta que el profesor Hecimovich hizo pública su investigación.
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