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EL ÁNGULO OSCURO

OLOR A OVEJA

JUAN MANUEL DE PRADA

En la provincia de Chiquitos, periferia del mundo, la madrugada se tensa como la piel de un tambor

EL Papa ha pedido sacerdotes con «olor a oveja» que salgan a la periferia a predicar el Evangelio; y sus palabras me han pillado en la periferia ... del mundo, oliendo precisamente así, por falta de higiene o por abundancia de Dios. Escribo estas líneas desde Bolivia, perdido en la provincia de Chiquitos, donde los jesuitas fundaron, allá a finales del siglo XVII, varias reducciones para proteger a los indígenas de la zona, al estilo de las que erigieron en otros lugares del Nuevo Mundo. La mayoría de aquellas sucursales del cielo serían pronto desmanteladas, tras la disolución de la Compañía en 1767; pero en Chiquitos las comunidades indígenas las mantienen orgullosamente vivas, velando por la fe que los hijos de San Ignacio trajeron a estos parajes.

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