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Cómo el manuscrito más importante de la biología salió de una papelera para pasar una década perdido

Los trabajos científicos de Gregor Mendel marcaron los orígenes de la genética moderna, pero su custodia provocó una sonada disputa

El manuscrito de Mendel American Philosophical Society

Pedro Gargantilla

En la abadía de Brno (República Checa) se conservan todavía los cimientos de lo que hace más de cien años fue un pequeño invernadero que acogió uno de los experimentos más transcendentales de la Biología. Allí un monje agustino -la orden a la que pertenecieron Martín Lutero y Fray Luis de León- sentó las bases de la genética.

Johann Mendel (1822-1884) nació en Heinzendorf bei Odrau, un pequeño pueblo de Silesia, por aquel entonces perteneciente al imperio austriaco. Su padre –Antonio Mendel- era horticultor, una labor que influyó de forma relevante en las investigaciones científicas que realizó años después.

A los 25 años Johann fue ordenado sacerdote y tomó el nombre de “Gregor” , con el que ha pasado a la Historia de la Ciencia. En 1853 ingresó en la abadía de Brno, en donde pudo articular a la perfección las labores religiosas con sus inquietudes intelectuales. Sabemos que allí estudió física, meteorología, el comportamiento de las abejas y las leyes de la herencia de las plantas.

Gregor Mendel Wikipedia

Durante más de catorce años realizó experimentos de una planta llamada Pisum sativum –conocida coloquialmente como guisante -. Llegó a realizar más de diez mil experimentos, a través de los cuales analizó la forma de la semilla, las flores, el pigmento del cotiledón o la altura de la planta. Gracias a sus estudios llegó a describir las tres leyes naturales de la genética , con las cuales se pueden predecir las características de la descendencia.

Hay que tener en cuenta que en el siglo XIX se pensaba que los rasgos físicos de una persona era una mezcla de las características físicas “donadas” por tan solo uno de los progenitores.

En 1866 publicó en las Actas de la Sociedad de Historia Natural de Brno un artículo trascendental para la biología, su título “Experimentos sobre hibridaciones de las plantas” . Estaba escrito en alemán, el idioma científico del momento. El monje envió separatas a diversas sociedades, entre ellas a la Royal Society, a la Sociedad Linneana y al observatorio de Greenwich. Quizás, sólo quizás, se atrevió también a enviar una al inglés Charles Darwin (1809-1882).

Tan sólo seis años antes este científico había publicado su obra más importante “El origen de las especies”. Tenemos constancia que Mendel leyó uno de los ejemplares traducidos al alemán, en el cual se han encontrado numerosas anotaciones.

A vueltas con los papeles

El manuscrito de Mendel fue custodiado inicialmente por la Sociedad, la cual no debió ser muy cuidadosa a juzgar por lo que sucedió en 1910. Hugo Iltis (1882-1952), botánico y biógrafo de Mendel, lo encontró milagrosamente en la papelera de la biblioteca . Con tan codiciado trofeo fundó, dos décadas después, el Museo de Mendel.

Tras la ocupación de Checoslovaquia por los ejércitos nazis, Iltis se vio obligado a emigrar a Estados Unidos y el botánico austriaco Oswald Richter (1878-1952) fue nombrado máximo responsable del archivo de la Sociedad de Historia Natural de Brno y el manuscrito mendeliano pasó a su poder. Está documentado que durante años lo llevaba continuamente en su maletín.

Cuando el ejército soviético se aproximaba a Checoslovaquia, Richter huyó a Hannover, en donde continuó su labor investigadora hasta su fallecimiento, pero la pista del manuscrito se perdió durante décadas.

A finales de los ochenta del siglo pasado el padre Clemens , un descendiente de Mendel que vivía en Stuttgart (Alemania), anunció que había recibido de un monje checo el desaparecido manuscrito de Mendel. A pesar de la negativa de la familia, que lo reclamaba como bien familiar, el manuscrito fue legado, tras numerosas presiones, a la Vicaría de Viena. A esta decisión el gobierno alemán se opuso frontalmente, prohibiendo la salida del país, arguyendo que era un tesoro cultural alemán.

Este fue el inicio de un conflicto diplomático a cinco bandas , que implicó a Alemania, Austria, la República Checa, a los descendientes de Mendel y la Orden Agustiniana. En el año 2012 la justicia inclinó la balanza a favor de los agustinos y el manuscrito regresó a la abadía de Brno , en donde hay un museo dedicado al padre de la genética.

Pedro Gargantilla M. Jara

Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación.

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