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ÚLTIMO TESTIGO DEL SIGLO xx

Muere a los 95 años Eric Hobsbawm, el gran historiador marxista británico

Desaparece uno de los grandes testigos, intensivos y extensivos, del siglo XX. Dos grandes historiadores españoles, Ricardo García Cárcel y Josep Fontana, analizan en ABC su trayectoria

Muere a los 95 años Eric Hobsbawm, el gran historiador marxista británico JAIME GARCÍA

A. ASTORGA

Eric Hobsbawm, el titán de la historiografía del siglo XX, que publicó su último libro hace un año mostrándonos «Cómo cambiar el mundo» , ha muerto de una neumonía cuando la ciudad de Londres apenas balbuceaba un nuevo día, pletórica tras el triunfo de Europa en la Ryder Cup de golf ante América. La historia de América y de Europa han sido las grandes pasiones de Hobsbawm. Al « arrepentido comunista» , como le califica The Times, al « marxista de toda la vida cuyo trabajo ha influido en centenares de historiadores y políticos» (The Guardian), al manantial de historiadores, que detalló desde la Revolución Francesa hasta la caída del comunismo, al ensayista traducido a cuarenta idiomas, al crítico de jazz de la revista «New Statesman» bajo el pseudónimo Francis Newton -en homenaje al trompetista comunista de Billie Holiday -, (pasión de la que publicó un ensayo estupendo: «Gente poco corriente, resistencia, rebelión y jazz » (Crítica), le ha derrotado una neumonía, aunque luchaba titánicamente desde hace años contra la leucemia. Destacado miembro de la Academia británica, casado dos veces, deja viuda a Marlene Schwarz, tres hijos -Julia, Andy y Joshua-, y numerosos nietos.

Rodeado de una pila de periódicos

Eric Hobsbawm ha fallecido muy cerca de su casa, en el Royal Free Hospital Hampstead, según informaba su hija Julia. «Durante varios años estuvo combatiendo en silencio una leucemia. Hasta el final hizo lo que hacía mejor, que es estar al tanto de los sucesos; tenía una pila de periódicos junto a su cama».

Eric John Ernest Hobsbawm nació el 9 de junio de 1917 en Alejandría, cuando Egipto formaba parte del Imperio británico, como relata Ricardo García Cárcel, admirador de un historiador que «ha vivido tan intensiva y extensivamente la historia del siglo XX». El autor de obras capitales y fundamentales como «Historia del siglo XX: 1914-1991» y « Guerra y Paz en el siglo XXI» , por ascendencia paterna, pertenecía a una familia judía originaria de Polonia, emigrada a Inglaterra y en parte trasladada a las colonias; su familia materna era austriaca , «en unos años en los que el imperio de los Habsburgo era una entidad política estatal a punto de desaparecer de la historia», anota en ABC Ricardo García Cárcel.

Los padres de Hobsbawm murieron muy jóvenes (en 1929 y 1931). Vivió itinerante: educado en Viena y Berlín, Hobsbawm se adscribió al comunismo en la época de ascenso del fascismo y abandonó Alemania con el triunfo de Hitler. Cursó estudios universitarios en Cambridge y fue profesor en las Universidades de Londres y de Nueva York. Políglota, cosmopolita, vivió muy en primer plano la escalada del nazismo, estuvo en el mítico IX Congreso Internacional de Ciencias Históricas de París, fue fundador de la revista «Past and Present» , visitó Rusia tras la muerte de Stalin , estuvo en París durante el mayo francés, fue intérprete del Che Guevara , encontró un singular feeling con Estados Unidos por la vía de su pasión por el jazz , del que fue crítico durante muchos años con el seudónimo de Francis Newton.

Un marxista brechtiano

«Ciertamente, Hobsbawm ha vivido mucho -sostiene Ricardo García Cárcel-. Ha sido un viajero impenitente –con recurso frecuente al autostop – siempre comprometido con su ideología marxista , a la que se vinculó en los años treinta y de la que, pese a las múltiples peripecias de este tan torturado siglo, nunca abdicó, manteniéndose como militante –eso sí, muy separado de las actividades del mismo– del Partido Comunista británico hasta su desaparición. Una vida, intensa, pero sin los desgarros de conciencia de tantos intelectuales franceses o españoles de su generación. Es un marxista brechtiano y lo ha sido siempre».

Hobsbawm repite en su libro «Años interesantes. Una vida en el siglo XX», su memorable e imprescindible autobiografía, que los comunistas de su generación «han vivido los ideales revolucionarios con más idealismo que los de la generación siguiente, mucho más contaminados por la experiencia en el poder». Señala García Cárcel que «no ha necesitado satanizar al "Dios que fracasó", como tantos estalinistas, porque su teología revolucionaria fue anterior a Stalin y se concretó en el sueño de una revolución utópica, pero que prefirió racionalizar, metabolizar, antes que exorcizarla. Si no salió del Partido Comunista, pese a sus disidencias tempranas y desde los años cincuenta, fue porque quiso "demostrarse que podía alcanzar el éxito como comunista reconocido, a pesar del sambenito y en plena guerra fría"». Una cuestión de orgullo, según Hobsbawm.

«Fue un marxista abierto, nunca relativista», destaca García Cárcel

Pero Hobsbawm ha sido un marxista singularmente abierto aunque nunca relativista. Su propia vida explicada en el libro es testimonio de esta capacidad para entenderse con gente distinta y distante por su compleja identidad de « alguien que no pertenece totalmente al lugar en que se encuentra bien como ciudadano británico entre centroeuropeos , bien como inmigrante del continente en Inglaterra, bien como judío, bien como antiespecialista en un mundo de especialistas, bien como una anomalía entre los comunistas».

Eric Hobsbawm fue educado en el Prinz-Heinrich-Gymnasium en Berlín, en el St Marylebone Grammar School (ahora desparecido) y en el King's College, Cambridge, donde se doctoró en la Fabian Society. Formó parte de una sociedad secreta de la élite intelectual llamada los « Apóstoles de Cambridge» . Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió en el cuerpo de Ingenieros y el Royal Army Educational Corps. Se casó en dos ocasiones, primero con Muriel Seaman en 1943 (se divorció en 1951) y luego con Marlene Schwarz. Con esta última tuvo dos hijos, Julia Hobsbawm y Andy Hobsbawm, y un hijo llamado Joshua de una relación anterior.

El siglo XX, en primera persona

En 1947, obtuvo una plaza de profesor de Historia en el Birkbeck College, de la Universidad de Londres. Fue profesor visitante en Stanford en los años 60. En 1978 entró a formar parte de la Academia Británica . Se retiró en 1982, pero continuó como profesor visitante, durante algunos meses al año, en The New School for Social Research en Manhattan hasta 1997.

«Años interesantes. Una vida en el siglo XX» (Crítica) fue la autobiografía de un historiador ya clásico «para los historiadores de mi generación -talla Ricardo García Cárcel en ABC-. El interés del libro radica no ya en la infinidad de datos que aporta respecto a la vida, directamente apasionante, de su autor, sino en la inmensa capacidad de convertir una trayectoria vital en objeto histórico en sí mismo, radiografiando las claves socioeconómicas y políticas de la propia conducta en cada circunstancia». Se trata de la (intra)historia del siglo XX contada en primera persona por el historiador que más y mejor ha escrito sobre este siglo.

De la innúmera obra de Hobsbawm , casi toda ella traducida al español, destacan asimismo títulos como «Rebeldes primitivos» (1959; edición española 1968, Ariel); «La era de las revoluciones» (1962; 1974, Labor); «Trabajadores» (1964; 1978, Crítica); «Industria e Imperio» (1968; 1977, Ariel); Bandidos (1969, 1976, Ariel); «La era del capital» (1974; 1977, Labor); «Historia del marxismo» (1978-1982); «La invención de la tradición» (1983; 1988, Eumo); «La era del Imperio» (1987; 1990, Labor); «Naciones y nacionalismo desde 1780» (1990; 1991, Crítica); «Historia del siglo XX: 1914-1991» (1994; 1995, Crítica), «Guerra y Paz en el siglo XXI» (2007, Crítica), y « Cómo cambiar el mundo» (2011; Crítica). Obras, todas ellas, que los historiadores de varias generaciones han consumido con devoción a lo largo del tiempo.

Para Josep Fontana, «Hobsbawm es el historiador más leído del mundo»

El catedrático emérito de la Universidad de Barcelona, Josep Fontana, declaró a ABC que «hay un dato relevante: Hobsbawm es probablemente el historiador más leído del mundo. Su obra sobrepasó un momento de caída del interés debido a la propia evolución ideológica de las últimas décadas».

Desde ese punto de vista, la historia escrita por el autor de inspiración marxista tiene «evidentemente una notable relevancia y la virtud de que pudo sobrevivirse y volver a suscitar una importante influencia -algo no muy frecuente, desde luego-», añade Fontana.

Para el catedrático barcelonés, «la vertiente investigadora de Hobsbawm no ha sido tan influyente como sus grandes obras de síntesis de la época contemporánea», que fueron las que le convirtieron en un best seller mundial ». La peripecia de Hobsbwan la ha marcado una «inquietud cultural universal». Precisión y pasión por el pueblo que padece la historia fueron sus grandes armas estilísticas. Descanse en paz, aunque sigan las guerras, en este siglo XXI.

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