Wert afirma que la reforma educativa es «práctica, no ideológica, y no recentraliza»

En primer lugar, la reforma quiere poner los cimientos para dar la vuelta a datos como los que aporta el último informe de la OCDE , Panorama de la Educación 2012 : un fracaso escolar inaceptable en España (26,5%, el doble de la media), un 24% de jóvenes que ni estudian ni trabajan (ninis), pocos alumnos excelentes. Además, un paro juvenil superior al 53% y gran discrepancia de recursos y resultados según qué comunidad autónoma. Esto, a pesar de que la inversión en Educación en España está por encima de la media, y la proporción de alumos por profesor es más que aceptable.

He aquí los puntos que ha resaltado el ministro:

-Se «flexibilizan» y «adelantan» itinerarios. Los alumnos que tengan menos inclinación hacia lo académico pasarán antes a la Formación Profesional (FP). Se adelanta a tercero de la ESO la vía hacia la FP y el Bachillerato, a través de asignaturas optativas, mientras que estos dos caminos estarán completamente diferenciados en cuarto de la ESO.

- Modernización de la Formación Profesional y mayor y mejor empleo de las TIC. Creación de la Formación Profesional Básica, de dos años de duración, que será obligatoria y sustituirá a los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), dirigidos a alumnos de 15 años. La FP básica supondrá ya una cualificación. Se introducen asignaturas en la FP de grado medio orientadas a sectores profesionales y se facilita el paso hacia la FP de grado superior. El Consejo de Ministros ha aprobado el decreto sobre Formación Profesional Dual. El objetivo es conectar la FP con el mundo empresarial, para unir formación y empresa, y estudios con empleo.

-Clarificación de las competencias entre el Estado y las comunidades autónomas. El Estado fijará el 65% de los contenidos de las materias en las comunidades con lengua cooficial y el 75% en las que no.

-Reducción de las materias ofertadas. Se pone el foco en las asignaturas troncales , instrumentales, que son las que servirán para seguir aprendiendo siempre, dijo Wert. Se refería a Lenguas -propias (oficial y cooficial) y extranjeras-, Matemáticas y Ciencias. (Desaparece de Primaria la asignatura de Conocimiento del Medio, que se desdobla en Ciencias Naturales y Ciencia Sociales, y se elimina también Educación para la Ciudadanía en esa etapa. Será Educación Cívica en la ESO y Filosofía y Ética en el Bachillerato. De esto no ha hablado el ministro, pero está en el anteproyecto).

- Evaluaciones homogéneas y externas , fijadas por el Estado . Serán al final de Primaria (sin consencuencias académicas, es decir, que si un alumno repite es porque el centro en cuestión lo pide, no por la nota de ese examen final de evaluación), y con consecuencias académicas al finalizar la ESO y el Bachillerato. Habrá una evaluación interna en tercero de Primaria para detectar precozmente problemas. Las universidades podrán poner pruebas de acceso propias. Las evaluaciones, afirmó Wert, «establecerán una función de comparación entre centros y comunidades autónomas, permitirán tener nuestro propio PISA, un PISA que posibilitará comparar hacia adentro».

- Autonomía de los centros y profesionalización de la función directiva . Se incentivará a los directores por resultados, y los centros tendrá que dar cuenta de su gestión. Los centros podrán implantar sus propios métodos pedagógicos. Los directores tendrán que acreditar que han superado un curso sobre función directiva.

-Aprendizaje de las lenguas extranjeras. Se introduce el criterio de enseñanza en el propio idioma, se implanta el bilingüismo a nivel nacional y prima la expresión oral frente a la lectura y las traducciones.

(Se aclara que es legal la educación diferenciada y, por lo tanto, se puede concertar con el Estado, como cualquier otra opción pedagógica. De ello no ha hablado el ministro hoy, pero ha confirmado a ABC que esa salvedad está en el anteproyecto).

Para el titular de Educación, estamos ante una reforma «que mira hacia afuera, sensata, gradual, instrumental (mejorará el empleo), en modo alguno ideológica» .

Wert niega que intente una «recentralización» : quitar poder y competencias a las autonomías para devolverlas al Estado. Sostiene que, en este punto, lo que le preocupa es la enorme divergencia entre comunidades, como recientemente había señalado un informe de la UE. Las evaluaciones servirían también para acabar con las divergencias, porque habría una «competitividad sana».

Al potenciarse las materias troncales habrá reorganización de profesores, pero no menos profesores, aunque algunos tendrán que cambiar de lugar de trabajo.

Finalmente, Wert distinguió entre coste de implantación de la Lmce , que dijo que sería prácticamente nulo , y coste de consolidación, tanto mayor cuanto mayor fuera el éxito de la reforma, porque supondría crear más puestos de Formación Profesional. Lo estimaba, el segundo, en 300 millones de euros a partir de 2016.

Ante este panorma, una reforma de gran calado, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) está «realmente preocupado» porque el Consejo de Ministros ha dado «en firme un primer paso para retroceder al menos cuarenta años en el sistema educativo». El PSOE cree que «hoy es un día para la preocupación, no solo para la gente que trabaja en el sistema educativo, sino para la sociedad en su conjunto».