La crisis del «ladrillo» dispara en un 15% la superficie cultivada en la región
El fin de la especulación urbanística hace que vuelvan a estar activas numerosas explotaciones que habían quedado abandonadas
M. A. RUIZ COLL
No es el sector económico más rentable de la Comunidad Valenciana, pero sí un valor seguro en tiempos de incertidumbre. El número de explotaciones cultivadas ha registrado un importante incremento durante los últimos meses, en buena medida como consecuencia de la crisis económica.
A la ... espera de constatar las cifras oficiales, el presidente de la asociación Asaja en Alicante, Eladio Aniorte, estima que la superficie cultivada en la provincia ha crecido más de un 15% a lo largo de los tres últimos años. «La agricultura siempre se convierte en un refugio en tiempos de crisis, porque aunque la rentabilidad sea baja al menos te garantiza la subsistencia», explica Aniorte, «numerosas tierras que habían quedado abandonadas durante los últimos años hoy vuelven a cultivarse, y ante las buenas perspectivas muchas empresas buscan fincas para arrendar».
El presidente de Asaja atribuye este fenómeno a tres factores. En primer lugar, la crisis ha hecho que vuelvan al campo muchos profesionales y empresarios que abandonaron los cultivos para dedicarse a otras actividades que hoy permanecen casi paralizadas, como la construcción. Paralelamente, la crisis del «ladrillo» ha eliminado cualquier expectativa de especulación urbanística: quienes confiaban en que sus terrenos puedan ser recalificados a medio o largo plazo, para venderlos como suelo edificable, han perdido toda esperanza.
Por último, las aportaciones del trasvase Tajo-Segura aprobadas por el Ministerio de Medio Ambiente han garantizado el agua suficiente para cultivos que necesitan un caudal generoso, como la alcachofa, el maíz o la granada. No obstante, Eladio Aniorte advierte que estas perspectivas pueden venirse abajo como consecuencia del prolongado período de sequía que se ha iniciado este año, en caso de que se reduzca el caudal de los trasvases.
Las crecientes cifras de desempleo provocadas por la crisis han hecho que una parte de la población inmigrante comience a regresar a sus países de origen o que se desplacen al norte de Europa, en busca de nuevas oportunidades. No obstante, en las labores de recolección el 90% de la mano de obra sigue siendo extranjera, indica el presidente provincial de Asaja. Los dos colectivos más numerosos son los latinos -como ecuatorianos y peruanos- y los procedentes de la Europa del Este: rumanos, polacos y ucranianos son los más numerosos. En tercer lugar se sitúan los inmigrantes procedentes de África.
La despensa de Alemania
El campo de Alicante destina casi el 90% de su producción a las exportaciones, con Alemania como principal comprador, seguido de Francia, el Reino Unido, Italia y Polonia. «Hasta hace pocos años, tan sólo en Alemania teníamos cerca de 3.000 compradores», señala Aniorte, «pero ahora la distribución está en manos un pequeño número de centrales de compra, lo que nos deja apenas sin margen para negociar precios». Durante este mes de agosto, buena parte de las explotaciones de la provincia se centran en la plantación de alcachofa, que en los dos últimos años ha proporcionado precios aceptables al sector.
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