Londres 2012: Los primeros Juegos sociales
La explosión en el uso de las redes sociales genera un murmullo de unos 20.000 tuits por segundo relacionado con Londres 2012. Un informe eleva ese flujo a 660.000 mensajes en 2020
Un avezado usuario de Twitter se mostraba sorprendido este viernes durante la ceremonia de inauguración de los Juegos de Londres 2012: «Es la primera vez que el 100% de mi "timeline" está hablando del mismo tema». Estas Olimpiadas están consideradas como los primeros «Juegos sociales» debido al papel clave de Facebook, Twitter, o YouTube en la percepción del espectáculo de muchos espectadores. Las restricciones en Pekín 2008 y el espectacular boom en la penetración social de este tipo de redes desde entonces han hecho que se dispare el nivel de murmullo digital que rodea a la competición deportiva en estos Juegos .
«Los espectadores forman parte de la acción», asegura Sebastian Coe
Según estimaciones contenidas en un informe sobre tecnología y deporte presentado esta semana por Atos, patrocinador tecnológico de Londres 2012, los Juegos generarán este año unos 20.000 tuits por segundo en 2012. En 2020, calculan que circularán 660.00 micro-mensajes por segundo, en Twitter o en las redes sociales que hayan conquistado entonces a los usuarios.
«Los espectadores forman parte de la acción», asegura Sebastian Coe, presidente del comité organizador, en el informe. «Pueden comentar sobre el contenido, interactuar con los atletas, crear y publicar su propio contenido. Nunca antes habíamos tenido semejante canal para interactuar con el mundo», asegura
Gasol en Twitter, De Gea en Youtube
Durante la ceremonia de apertura, miles de usuarios de Twitter a nivel mundial trasladaron impresiones, bromas e incluso apuestas a través de las etiquetas #Londres2012,#London2012 y #OpeningCeremony. Pero los propios atletas también se han subido con fervor al carro de las nuevas plataformas sociales . Media hora antes de que la comitiva española desfilara en el estadio de Stratford, Pau Gasol, publicaba en su twitter una fotografía ataviado ya con la americana roja y sombrero de paja, esperando a saltar al ruedo olímpico. «Traje impecable, !qué ilusión!», decía el abanderado español, después de unas horas de tensión por los últimos retoques a su atuendo.
Unas horas más tarde, fue David de Gea, portero de la selección, quien subió este sábado a Youtube un vídeo del desfile español tomado desde el interior mismo de la comitiva. Londres 2012 ha tenido tiempo, en estos pocos días, de generar incluso su primera víctima de desmanes en las redes sociales cuando la triple saltadora griega, Voula Papachristou, se convirtió en la primera atleta descalificada, incluso antes de que empezara la competición, por verter contenidos racistas en su cuenta de Twitter.
Pero es sobre todo la experiencia del telespectador la que ha cambiado con este fenómeno. Los desairados improperios y comentarios contra el árbitro de una competición o los jugadores con los que se desgañitaba el forofo en la soledad de su salón ya no caen en saco roto, sino que se trasladan de inmediato a las redes sociales de manera que puedan retroalimentarse con las aportaciones de otros aficionados. Es el advenimiento del fenómeno de la doble pantalla -una para ver, otra para comentar- al consumo deportivo , una nueva pauta de comportamiento digital presente ya en el Mundial de Fútbol de 2010.
Transformaciones tecnológicas para 2020
Según los expertos, la dimensión social de la vida digital en torno a unos Juegos no ha hecho más que nacer. Y los avances tecnológicos nos deparan todavía experiencias impensables hasta ahora. ¿Se imaginan poder ver las competiciones olímpicas a través de los ojos de un atleta, o participar en la acción repitiendo la escena de un gol fallido, o ponerse en el lugar de un jugador que recibe el balón o se prepara para correr? A partir del año 2020, todo esto será posible, según el estudio lanzado por ATOS.
«En 2020 compartiremos contenidos más con la voz, y menos con los teclados», según ATOS
«Hoy no se entiende el deporte sin compartirlo. La diferencia entre estar en casa o en el estadio comienza a desaparecer. En 2020 veremos que, para compartir contenidos en las redes sociales, emplearemos nuestra propia voz y se usarán menos los teclados», nos explica Gilles Grapinet, responsable de Funciones Globales de ATOS.
Los medios de comunicación son conscientes del tirón que puede tener una fotografía casera subida por el propio deportista o las emociones que siente antes de competir. Por eso, varios diarios británicos alojan en sus web espacios que integran y difunden los tuits publicados por deportistas y entrenadores.
Diez años atrás, pocos vaticinaban un panorama deportivo tan trepidante. En los Juegos de Sidney en 2000, poca gente tenía conexión a Internet. En Atenas 2004, no muchos tenían teléfonos avanzados. En 2008, en los Juegos de Pekín, había 100 millones de personas utilizando Facebook. Esa cifra se ha disparado ahora a 955 millones , según las cifras más actualizadas, de 30 de junio. En el universo digital, la noción del tiempo es vertiginosa. Twitter daba sus primeros pasos cuando China organizó sus Juegos, mientras que ahora tiene más de 500 millones de usuarios que envían unos 400 millones de tuits diarios.
En 2020, la hiper-conectividad será la norma. Si en Londres 2012 se estima que un cuarto de sus 4.000 millones de espectadores (el 57% de la población mundial) tienen acceso a banda ancha desde el móvil, en 2020 -¿será en Madrid?- se calcula que el 100% dispondrá de una conexión rápida en su dispositivo móvil de una audiencia que será ya de 5.000 millones de personas (el 66% de la Humanidad), según cifras recogidas en el informe, al que ha tenido acceso ABC.
¿Tendrán sentido en este contexto de inmediatez y transparencia las restricciones de imagen que imponen las marcas patrocinadoras? ¿Tendrán sentido los actuales precios que pagan las televisiones por los derechos de emisión con cientos de miles de cámaras domésticas capturando y difundiendo material presuntamente protegido en riguroso directo? «La manera en que la tecnología modifica el deporte tiene una gran repercusión en la comercialización del deporte y en cómo se dirigen las empresas a los aficionados», concluye Grapinet.
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