Sicilia, al borde de la bancarrota

La situación es tan dramática que el primer ministro Mario Monti ha enviado una carta al presidente de Sicilia, Raffaele Lombardo, dándole un ultimátum para que dimita de inmediato. Mario Monti teme que Palermo, la capital siciliana, sea como Atenas. Curiosamente, ironías de la historia , los romanos llamaban al sur de la península italiana y Sicilia, la Magna Grecia, área formada por colonos griegos.

Ese temor de Monti lo reflejaban ayer periódicos de todas las tendencias. “Il Manifesto” (Izquierda) titulaba con grandes caracteres: “Colonia griega”. “Il giornale” (derecha) coincidía: “La Grecia de Italia. Sicilia ha fracasado”. Igualmente la Confindustria, patronal empresarial, por boca de su presidente siciliano, Ivan Lo Bello, ha definido a la región de Sicilia como la “Grecia de Italia”.

La bancarrota de Sicilia, antes o después, se veía venir. La Región ha sido utilizada por todos los políticos sicilianos, desde hace muchísimos años, como una vaca a la que ordeñar constantemente, o un cajero automático ilimitado y sin control. Todas las cifras referidas a Sicilia son de escándalo. El presidente regional, Raffaele Lombardo, de 61 años, líder del Movimiento para la Autonomía (MpA), de centro derecha, que fundó en el 2005, gana más de 16.000 euros netos al mes. Ricos salarios también para los parlamentarios que se sientan en el Parlamento regional, 90 en total.

Además de ser la región con la deuda más de Italia, Sicilia es también la que tiene más funcionarios tiene , todo un ejercito de dependientes: Casi 20.000 (Lombardia, la región más rica de Italia, con el doble de habitantes de Sicilia, tine 3.000 funcionarios) en general muy bien pagados. Tampoco se lo toman a broma con el capítulo de dirigentes: son 1.835, de los cuales 192 están a disposición del presidente Lombardo.

Todos los datos del despilfarro y corrupción en Sicilia se saben desde hace mucho tiempo, pero se han mantenido porque la política en la región funciona con un sistema de clientela, que a su vez repercute en la política de todo el país . En otras palabras, a más funcionarios y favores a la clientela, más votos en las urnas.

El problema se presenta ahora como insoportable, porque el país está con el agua al cuello. El gobierno de Mario Monti ha impuesto un riguroso plan de austeridad y pide sacrificios a los ciudadanos, con subidas de tasas a un nivel nunca visto (entre el 45 y 50 % es la contribución fiscal en Italia, e la más alta de Europa, sin gozar de buenos servicios).