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Los egipcios votan al primer presidente democrático

El Ejército y los Hermanos Musulmanes se juegan el poder en la segunda vuelta de las elecciones

Los egipcios votan al primer presidente democrático reuters

PAULA ROSAS

La carrera entre el ex-general Ahmed Shafiq y el hermano musulmán Mohamed Mursi por la presidencia de Egipto ha comenzado esta mañana con colas moderadas en los colegios electorales y ante un fuerte dispositivo de seguridad. Los egipcios eligen entre hoy y mañana al hombre que sustituirá a Hosni Mubarak, un presidente elegido de forma democrática por primera vez en su historia, pero lo hacen envueltos en una profunda incertidumbre y sin conocer qué prerrogativas tendrá el futuro jefe de Estado.

Frente a la alegría y entusiasmo con el que los egipcios votaron en los últimos comicios legislativos y en la primera vuelta de las presidenciales, la sensación en muchos de los colegios electorales de la capital hoy es de fatiga y resignación. La fuerte polarización que representan los candidatos, apoderados de dos posturas extremas e irreconciliables, obliga a muchos egipcios a votar, no a la persona que desearían, sino en contra del hombre que encarna todo aquello que detestan.

“En la primera vuelta voté por (en naserista) Hamdin Sabahi, y en esta he elegido a Shafiq. No me gusta, pero no confío en los Hermanos Musulmanes, no puedo votar a un islamista”, reconoce el jubilado Seif al Din en el colegio Abdin del barrio de Bab el Luq, a pocos metros de la plaza Tahrir. Para Karim Beheiri la decisión también ha sido difícil aunque las razones para su voto son diferentes. “He votado a Mursi porque es la única opción revolucionaria que nos queda en las urnas. Ahora mismo estamos sin Parlamento y sin Constitución y la opción de que un hombre del antiguo régimen pueda hacerse también con la Presidencia me parece peligrosa”, explica este abogado, que en la primera fase se decantó por el islamista moderado Abdelmoneim Abul Futuh.

Delicada transición

Efectivamente, la sentencia del pasado jueves del Tribunal Constitucional ha vuelto a poner patas arriba la delicada transición egipcia. La corte declaró inconstitucional la ley por la que se rigieron los últimos comicios legislativos y obligó a disolver el Parlamento, de mayoría islamista. En este escenario, la promesa de la junta militar de abandonar el poder a finales de este mes parece esfumarse. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ha asumido el poder legislativo tras la disolución del hemiciclo, y no dan síntomas de querer entregarlo al hombre que salga elegido este fin de semana. Ante la ausencia de Parlamento, el nuevo Presidente, ha anunciado hoy la Comisión Electoral, tendrá que jurar su cargo frente al Tribunal Constitucional.

Los más de 13.000 colegios electorales han abierto sus puertas esta mañana a las 8:00 hora local y permanecerán abiertos hasta las nueve de la noche después de que la comisión electoral decidiera ampliar una hora el cierre de los centros. Los comicios están siendo supervisados por jueces, observados por varias ONG locales e internacionales y también por representantes de Shafiq y de Mursi. Como el voto continuará durante el día de mañana, muchos de estos interventores piensan pasar la noche en los colegios guardando las urnas.

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