El Vaticano intenta «restablecer la confianza y el buen funcionamiento del gobierno de la Iglesia»
El portavoz desmiente que hayan sido interrogados cinco cardenales
juan vicente boo
A estas alturas no tiene ningún sentido pretender minimizar el daño causado por las filtraciones de documentos confidenciales del Papa y el arresto de su mayordomo. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi , reconoció el martes que «estamos intentando reaccionar del modo correcto, recorriendo ... un camino difícil de esclarecimiento para restablecer la confianza y el buen funcionamiento del gobierno de la Iglesia».
La tarea es urgente, pues el clima de desconfianza y tensión ha hecho caer en picado la capacidad de gobierno precisamente entre los cargos más altos de la Curia vaticana, distraídos y tensos mientras siguen paso a paso el desarrollo de los acontecimientos, igual que lo hace el Papa.
El restablecimiento de la confianza requiere descubrir a todos los «topos» . Hasta ese momento casi todo el mundo prefiere seguir evitando el riesgo de escribir documentos confidenciales que pueden acabar publicados en un libro o un periódico. Lo mismo sucede con las llamadas telefónicas y los contactos personales. Se evitan en la medida de lo posible. Todo el mundo sabe que el mayordomo del Papa no es el «piloto» de la operación contra el cardenal Bertone, no es el único «topo», y puede que ni siquiera sea uno de los importantes.
El portavoz del Vaticano reconoció que «se trata de una prueba difícil para el Papa y para la Curia romana». Todas las miradas y esperanzas están puestas en el trabajo investigativo del cardenal Julián Herranz , el fiscal del Vaticano y la Gendarmería Vaticana.
El padre Federico Lombardi anunció que los interrogatorios del mayordomo del Papa comenzaran a finales de esta semana o principios de la que viene. Tratándose de alguien arrestado el miércoles 23 de mayo -teóricamente «con las manos en la masa» -, el ritmo no es precisamente vivaz.
Lombardi desmintió que la Gendarmería Vaticana hubiese encontrado en la casa de «Paoletto» sobres con documentos confidenciales pendientes de entregar y dirigidos a destinatarios concretos.
Desmintió también que hubiesen sido interrogados cinco cardenales . Esto último responde a una distinción técnica. Las conversaciones de la comisión Herranz con altos cargos de la Curia no se consideran «interrogatorios». Se les interroga por su cargo, no porque sean «sospechosos».
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