El gladiador Ferrer estrena la arena romana con un triunfo ante Verdasco

Aunque resuelto en dos mangas, el partido ha sido largo, marcado por los intercambios prolongados y una proporción alta de puntos terminados en errores no forzados: 34 de Ferrer por 35 de Verdasco en el decimoquinto duelo que han protagonizado los dos españoles. Con la victoria, el valenciano lidera ahora el balance por 8-7 .

Ferrer arrancó adormilado . Al servicio en el primer juego, regaló cuatro errores no forzados para ponerle en la mano el "break" a un Verdasco que se limitó a pasar bolas. Es un comienzo que el de Jávea está repitiendo más de la cuenta esta temporada, pero esta vez supo remontarlo pronto. Tardó tres juegos en devolverle la rotura al madrileño, que le cedió la ocasión con uno de sus errores más típicos: una doble falta en el momento menos adecuado. Ferrer la consolidó con una de sus jugadas favoritas. Aguantó el peloteo largo a la defensiva, devolvió todo y esperó pacientemente al contrapié de Verdasco para fusilar con un finísimo revés paralelo.

Así se consolidó el cambio de guardia. Afloró el gladiador de Jávea de fe infinita a la vez que el madrileño se autoexilió del partido . Ferrer conquistó el 4-2 con un "break" en blanco que repitió esquema: doble falta de Verdasco y filigrana para la galería del valenciano, que sobreexplotó el lado débil (el revés) de su rival, y le tumbó con un "approach" aderezado con la volea ganadora. A Ferrer no le quedaba más que ponerle la guinda a un set que terminó 6-3. El público italiano aplaudió las exquisiteces de un Ferrer que cocinó a fuego lento cada punto hasta dejarlo "al dente".

La segunda manga devino en una intensa carrera de fondo . Verdasco despejó la mente y levantó tres amenazas de rotura en su primer servicio. La inyección de moral le permitió hacerle un "break" a Ferrer, que pagó cara su falta de contundencia al "smash", y mantenerse enchufado durante el resto del set. No obstante, el gladiador volvió a tirar de autoconfianza y le respondió con un contra-"break" que consolidó con su saque tras cuatro "deuces".

A partir de ahí, ambos jugadores pudieron mantener a duras penas su servicio , Verdasco alternando derechazos matadores con fallos regalados y gritos de desesperación, y Ferrer fiel a su estilo de aguante y precisión. El partido murió en el "tie-break". Ferrer impuso su serenidad, arriesgó un par de contras a la línea y dispuso de cinco "match balls" para darle la puntilla al madrileño, que al menos supo morir de pie. Aunque rendido ante la armadura del gladiador de Jávea, al que terminó apaludiéndole el genial "drive" cruzado con el que sentenció la liza.