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Vanessa Diffenbaugh: «Quería construir un relato auténtico acerca del sistema de acogida de EE.UU.»

La autora de «El lenguaje de las flores» narra las rosas y espinas de la vida de Victoria, que crece en ese sistema

Vanessa Diffenbaugh: «Quería construir un relato auténtico acerca del sistema de acogida de EE.UU.» Brenda Bisharat

celia fraile

Vanesa Diffenbaugh viene a España a contarnos la enternecedora historia de «El lenguaje de las flores» (ed.Salamandra). La semilla se encuentra en una espinita que ella tenía clavada en el corazón. Al terminar la universidad, empezó a dar clases extraescolares a niños sin recursos. Allí, dos hermanas, de 4 y 6 años, le robaron el corazón . La madre tenía problemas con las drogas y también dos niños más: uno de dos años y otro recién nacido.

ABC

Durante tres años, ella y el que ahora es su marido pasaban mucho tiempo con ellas. Hasta que un día la madre desapareció y la abuela no se quiso hacer cargo de los cuatro pequeños. Ella era demasiado joven para hacerse cargo de ellas y «entonces asistí a ese proceso tan tremendo de acogida en el que los hermanos se ven separados », explica Diffenbaugh. Y quiso reflejar ese sistema (ella es madre de acogida) en un libro en el que la esperanza viene de la propia madre naturaleza. Así nació «El lenguaje de las flores», su ópera prima que ya ha triunfado en Italia y en Francia.

-¿Cómo descubrió el lenguaje de las flores?

Cuando tenía unos 16 años rebuscando en librerías antiguas descubrí un diccionario ilustrado de las flores de la época victoriana. Me costó muy poco dinero pero lo llevaba siempre conmigo como oro en paño porque me parecía fascinante el que las flores tuvieran un significado secreto . De hecho, en el instituto, a mi novio de por aquel entonces le escribía poemas con flores atadas que él tenía que desencriptar con el diccionario.

Bálsamo para el alma

-Es un gran contraste que Victoria, la protagonista, utilice para expresar una vida tan dura precisamente las flores, siempre asociadas con la delicadeza.

La historia de Victoria no es solo es dura de escribir sino también de leer, de asimilar como lector. Como escritora esa es precisamente mi parte favorita , cuando las flores vienen a calmar esa dureza extrema.

-No sólo es su medio de expresión, también se convierte en su tabla de salvación.

Absolutamente. Es la conexión que existe entre su pasado y su futuro. Porque por un lado le unen con Elisabeth (su madre de acogida), la única persona que le había querido y por otro, con su futuro porque el lenguaje de las flores permite a Victoria reconducir su vida, encontrar la madurez, una relación…

-Es una novela en la que hay muchas mujeres protagonistas (Victoria, Elisabeth, Renata…) y, además, las flores también resultan muy femeninas.

«Mi madre no me puso nombre hasta que tuve seis semanas»

No me di cuenta hasta que los editores me dijeron al leer el primer borrador: «Solo hay un hombre en toda la novela». La verdad es que lo que me interesaba era centrarme en el amor materno y en cómo se puede crear una familia en torno a ese amor.

-Acaba de hablar de amor materno, pero el caso es que Victoria no le pone nombre a su hija al principio.

Fue una decisión inconsciente al escribir el libro. Lo que quería reflejar es que en ese momento del nacimiento, el personaje de Victoria se ve sobrepasado y cree que no es capaz de establecer un vínculo con el bebé. Y el primero que se establece es sin duda ponerle un nombre. El caso es que cuando me preguntaron que cómo llegue a esa idea, lo pensé y caí en la cuenta de que mi madre no me puso nombre hasta que pasaron seis semanas. Y luego demostró ser una buena madre (de hecho está en los agradecimientos del libro). Diría que fue buena por su férrea voluntad. Quiso aprender, quiso superar sus problemas de alcoholismo, sus dificultades… Por eso no me parecía tan descalabrado para mostrar que Victoria no se sentía merecedora del amor de las personas, precisamente ese es el hilo conductor de la obra.

Influencia vital

Usted es madre de acogida y Elisabeth también lo es, ¿ha usado esa experiencia?

No podría haber escrito este libro sin serlo . Mi objetivo principal era construir un relato auténtico acerca del sistema de acogida de Estados Unidos. Cuando la personas leen la novela siempre me preguntan si he estado en ese sistema porque parezco conocerlo muy bien . Y me alegro mucho de ello porque esa era precisamente mi finalidad, pero no es porque yo haya sido hija de acogida sino por ser madre .

Madre de acogida, el bebé sin nombre… ¿hay algo más de usted en el libro?

«Elisabeth era la madre de acogida que me hubiera gustado ser»

La verdad es que cuando lo escribí tenía la impresión de que era totalmente ficción, pero según ha ido pasando el tiempo me he dado cuenta de que mi vida ha tenido mucha más influencia de la que yo creía en un principio. Un ejemplo: la primera vez que escribí el personaje de Elisabeth , estaba hecho sin fisuras, perfecto , siempre fuerte e inteligente. Y me di cuenta de que esa es la madre de acogida que a mí me hubiera gustado ser y no fui . Así que tuve que volver sobre mis pasos y reescribirla con más imperfecciones y cosas que probablemente vengan de mí.

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