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Jesús Ferrero: «Los Rolling Stones son dionisíacos; los Beatles, apolíneos»

El escritor publica «El hijo de Brian Jones», con la explosión musical y cultural de los 60 como telón de fondo

Jesús Ferrero: «Los Rolling Stones son dionisíacos; los Beatles, apolíneos» P. Cosano/Anaya

manuel de la fuente

Brian Jones fue el ideólogo de los Rolling Stones . Los de verdad, los del principio. Aunque no le dejaran firmar ni una canción. Él era la marca de la casa, el código de barras, el gen, el adn malencarado, chuleta y maldito del grupo. Él fue la mecha y su vida acabó en un incendio. Vivió deprisa, deprisa, murió joven, y dejó, más o menos, un bonito cadáver . Macerado, eso sí, en diversa farmacopea, y sustancias de esas que abren vías (en canal) a la percepción.

Y en busca de este mito de la cultura popular se ha ido el novelista Jesús Ferrero en su nueva obra, «El hijo de Brian Jones» . Bueno, más que a la búsqueda del propio Brian, en pos de uno de sus muchos hijos, un joven actor neoyorquino, que entabla amistad con Julián, hijo a su vez del jardinero y al parecer íntimo amigo de Brian. ¿Ferrero se pasa al pop? Realmente no, ya lo verán. Es su terreno desde que era un adolescente que quería ser poeta.

-Todos tenemos nuestra idea más o menos mitificada de los 60. ¿Cuál es la suya?

-A lo largo de mi adolescencia, el pop inglés, y luego otros como Dylan, fueron determinantes. Porque fue el primer indicio de modernidad para mí, y además me tocaba el corazón y removía todo mi mundo emocional.

ABC

-Pero además de escuchar música, usted ya era un aventajado lector.

-Sí, muy, muy aficionado. En la biblioteca de mi padre había libros notables y también los libros que nos mandaban leer en el cole. Y estaba por supuesto la gente del 98 y del 27 que eran generaciones definitivas y consolidadas, pero que salvo excepciones no me ofrecían la idea de lo que yo entendía por modernidad. Tampoco me lo daban el realismo narrativo tan de moda entonces, ni la poesía social. Sin embargo, los Beatles y los Stones me conducían a un mundo absolutamente emocionante y nuevo. Y qué decir de Dylan, con aquellos títulos: «Mujeres de días lluviosos» , «Dama de ojos tristes de las tierras bajas» , «Como un canto rodado»... Me golpeaban la cabeza y el corazón. De hecho empecé a escribir de otra forma gracias a ellos.

-Sin duda era un mundo apasionante y de colores para un adolescente español.

-Sí, además, el pop no se limitaba a ser un movimiento musical, era un movimiento pictórico, literario y político, que servía de vehículo a mucha ideología.

-La imaginación (y la cultura popular) al poder.

-Siempre me han hecho gracias aquellos que se creen situados en la alta cultura, en una especie de podio, y no aprecian que la cultura popular, sobre todo la urbana, es una parte fundamental de lo que llamamos Cultura, acaso la parte más importante porque da mejor cauce a nuestros sentimientos y porque a la hora de la verdad, como pasa con la música popular, se suele convertir, lo queramos o no, en el fondo de todas nuestras emociones.

-Los tiempos estaban cambiando...

-Siempre he pensado que la modernidad que a nosotros nos atañe empieza en los años 60, aquel fue el verdadero cambio para los hombres de hoy. Fíjese, hasta los hippies fueron auténticos pioneros del mundo digital...

-Novelas suyas como «Lady Pepa», que tanto y a tantos ha influido, incorporaban algo de este mundo...

-Sí, pero sin embargo nunca había abordado ese mundo como parte integrante de una historia. En parte por prudencia y porque nunca me gusta precipitarme en nada. De hecho, la primera versión de esta novela, bastante fallida, es muy antigua, y nació tras leer un libro de Toni Sánchez sobre los Rolling Stones , donde se perfilaba muy bien la figura de Brian Jones en sus horas crepusculares. Recuerdo que cuando iba a clase pasaba por una tienda de discos y allí estaba «Between the buttons» , con aquella portada y jetas malvadas de los Stones, que me tenían absolutamente impresionado. Ya se veía a Jones como un anciano y solo tenía 27 años.

«Vivir al borde del abismo no es exclusivo de los años 60»

-Sexo, drogas, rock and roll... ¿era una buena manera de vivir?

-Ni buena, ni mala, pero varias generaciones han participado de esas idea ya desde el Romanticismo y han sucumbido con facilidad a lo que los románticos llamaban «la tentación del abismo» . No es algo exclusivo de los años 60. Si te gusta la vida no parece muy aconsejable, pero si solo te interesa una forma de vida como a James Dean que no soportaba envejecer. Novalis, Holderlin, Rimbaud , todos murieron jóvenes pero fíjese que obras tan intensas dejaron. Además morir en plena juventud alimenta el mito....

- ¿Y usted es mitómano?

-¿Y quién no lo es? Todas las culturas viven de los mitos, qué sería de una cultura sin sus mitos. Además, un mito es una forma de compartir, de comulgar con otros. Para mí, Rimbaud es un mito que me permite comulgar con otros que también lo adoran. ¡Qué sería de la religión sin mitos y símbolos que tú compartes con los demás! Y todo mito tiene algo de religioso, todo mito está vinculado a lo sagrado y los mitos del pop también.

Mitos populares

-Vístame a estos mitos.

-Por ejemplo, Brian Jones sería una especie de Hermes . Marilyn, Afrodita . Y la Dietrich puede ser Artemisa. Y ya puestos, los Rolling serían el espíritu dionisiaco , y los Beatles , el apolíneo. Y no se olvide de Lennon cuando dijo aquello de «somos más famosos que Jesucristo».

-Esta novela tiene su blog en la red . ¿Se maneja bien por esos mundos?

-Sí. Para un escritor supone una plataforma increíble para exponer sus obras y sus ideas. El que no la utilice corre el riesgo de desaparecer. Antes no existías si no salías en la tele, ahora si no estás en la red...

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