Aprobado por mayoría absoluta el estricto plan de ajuste para Grecia

Pese a la violencia en la calle, el Parlamento da luz verde a las duras medidas por 199 votos a favor y 74 en contra

BEGOÑA CASTIELLA

13/02/2012 a las 02:12h.

La pasada medianoche tuvo lugar en el Parlamento griego la crucial votación sobre el nuevo paquete de medidas de austeridad necesario para evitar la quiebra del país. Finalmente, la clase política helena dio luz verde al plan por mayoría absoluta, con 199 votos a favor ... y 74 en contra. El visto bueno al plan que evita la bancarrota se logró con el apoyo de los partidos socialista y conservador en el Gobierno que preside el banquero Lukás Papadímos. Los disputados de ambas formaciones, una veintena de cada una, que votaron en contra o se abstuvieron han sido expulsados de sus formaciones políticas.

La aprobación e implementación de esta reforma era condición indispensable para la llegada del segundo rescate (130.000 millones de euros), quita de la mitad de la deuda griega (unos 100.000 millones). Para el 20 de marzo Grecia debe de pagar nada menos que 14.500 millones en deuda que vencen ese día y que no tiene en sus arcas. La deuda pública griega es ingente: 350.000 millones de euros, el 160 por ciento del PIB. El déficit del año pasado representa el 9%. Se habla de un modesto superávit primario que tardará en llegar y se espera que en el 2020 la deuda se haya reducido al 120% del PIB, lo que sigue resultando elevadísimo.

Durante la última reunión del Eurogrupo, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, llegó a dejar bien claro a su homólogo griego, Evánguelos Venizelos, que no solo se necesitaba aprobación parlamentaria de estos nuevos reajustes durísimos, sino que los líderes de los partidos en el Gobierno debían comprometerse por escrito de que las medidas aprobadas se implementarán.

Grecia ha perdido en estos últimos meses su credibilidad: los restantes países europeos dudan del compromiso de sus políticos, de la eficacia de sus gobiernos y de su sector público, hasta de sus estadísticas. Y han visto como en la semana pasada los tres partidos en el gobierno no se ponían de acuerdo ni en los recortes necesarios para conseguir el nuevo rescate y cómo uno de estos partidos (el de ultraderecha) acababa marchándose y dejando solos a los socialistas y conservadores.

Los líderes de los dos partidos principales del país, el socialista Yorgos Papandreu y el conservador Andonis Samarás, efectuaron sendos llamamientos a sus diputados para apoyar la reforma y sobre todo, evitar la bancarrota del país. Samarás dejó claro que imponía disciplina de partido. El estricto programa de ajustes y reformas asusta a los griegos: supone un recorte de los gastos para este año de más de tres mil millones de euros. En el sector público se cerrarán rápidamente múltiples empresas estatales, tras haberse eliminado el derecho a trabajo por vida de sus empleados y al menos 15.000 serán despedidos este año y hasta 150.000 a finales del 2015. En el sector público, se reduce el salario mínimo interprofesional bruto (751 euros al mes en 14 pagas) en un 22% y en un 32% para los trabajadores menores de 25 años, así como algunas pensiones.

Mientras, la violencia se adueñaba de la calle. Toda la izquierda y los sindicatos se manifiestan y protestan en contra de estas reformas, sin ver el peligro de una bancarrota, concentrados en la pérdida de empleos y de sus derechos laborales. En los graves disturbios, al menos 54 personas fueron atendidas en diversos centros hospitalarios. La Policía informó de que 40 de sus agentes resultaron heridos.