Dimite el administrador general del Teatro Real

Ayer se vivió un día intenso en el Teatro Real. Alfredo Tejero, administrador del Teatro Real desde 2004, dimitía por sorpresa pocas horas después de celebrarse un Patronato extraordinario de la institución. Una noticia que confirmó el coliseo madrileño a este periódico, restándole importancia a una decisión que al parecer llevaba bajarando Tejero desde hace tiempo. Según dichas fuentes, la marcha inmediata del administrador general no es consecuencia de un conflicto con Gerard Mortier, director artístico del coliseo madrileño, como han apuntado otras personas consultadas por este periódico que afirman que la salida podría estar motivada por discrepancias de Tejero con Mortier a la hora gestionar el presupuesto. Esas mismas fuentes se han referido al «derroche» realizado por el director belga en unos momentos en los que debería imperar la austeridad. Según el teatro, en todo caso se podría hablar de «una tensión creativa que ha existido siempre» entre ambos profesionales al defender cada uno su parcela. «Mortier siempre se ha ajustado a lo que le ha pedido Tejero».

La labor de Tejero durante los siete años que lleva trabajando en el Real se ha caracterizado por intentar mantener a raya el presupuesto y no caer en el déficit. Un déficit que algunas fuentes sitúan ya en 5 millones de euros, una cifra que habría sido aprobada en el último Patronato del año 2011, y que, sin embargo, han negado de manera reiterada fuentes del Real, afirmando que en todo caso el déficit ascendería a 1,5 millones de euros.

Alfredo Tejero se incorporó al Real tras el desembarco de Miguel Muñiz como director general. Ambos llegaban procedentes de Caja Madrid.

Esta no es la primera espantada provocada por la crisis y la gestión de los presupuestos en el mundo de la ópera. Sonada fue la dimisión de Gerard Mortier, que rescindió su contrato con la Ópera de la Ciudad de Nueva York en 2008 cuando le redujeron el presupuesto a casi la mitad. Más reciente es la protagonizada hace unos días por el británico Keith Walter, director artístico de la Ópera de Copenhague, que ha durado tan solo siete meses en el cargo ya que ha decidido abandonar tras conocer el recorte de 13,5 millones de euros.