La esperanza se llama Titán

Pese a la sorpresa del resultado, la luna –la mayor de los 60 satélites que orbitan en torno a Saturno e incluso que Mercurio- no es una desconocida para los astrónomos. Tiene el privilegio incluso de ser uno de los pocos mundos en los que se ha posado una nave terrestre, la Huygens, en 2005.

En cualquier caso, y a diferencia de lo que se pudiera hallar bajo la superficie de Marte o en los océanos subterráneos de Europa, la vida en Titán –cuya temperatura marca de media los 178 grados bajo cero- se basaría en formas del todo desconocidas para la ciencia, posiblemente basadas en el metano y no en el agua, como en el caso terrestre. La sonda Cassini ha desvelado lluvia de metano sobre su superficie, además de lagos y cauces de ríos de este mismo hidrocarburo que se extienden a lo largo de su superficie.

Existen varios proyectos originales para profundizar en la exploración de Titán. Uno de ellos propone enviar un barco-robot que surque uno de sus mares de metano, el Ligeia Mare, de 100.000 metros cuadrados de extensión. Este ingenio permitiría conocer la composición de estas grandes masas líquidas además de conocer su profundidad. Otra posibilidad sería, aprovechando las condiciones favorables de la presión atmosférica, enviar un globo que volase sobre su superficie.

¿Por qué las sospechas de que pueda ser un mundo habitado? Titán es el único satélite conocido que posee una atmósfera densa, más aún que la de La Tierra y compuesta igualmente en su mayoría por hidrógeno, además de un potente campo magnético. Según apunta un artículo publicado a raíz de los descubrimientos de Cassini, ese hidrógeno que se encuentra en abundancia en su atmósfera baja notablemente su presencia en la superficie, lo que podría deberse a su consumo por determinadas formas de vida. “Es como si tuvieses una manguera y estuvieses derramando el hidrógeno hacia el terreno, pero desaparece”, explica incrédulo el autor del estudio Darrel F. Strobel, profesor de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, quien aún así añade con cautela que “los resultados podrían sugerir la posibilidad de vida, pero de ninguna manera se trata de un factor decisivo”.

Otro artículo apunta a que en esa misma superficie desaparece igualmente el acetileno, un gas al que se le atribuye ser una fuente óptima de energía para supuestos organismos basados en el metano. El geólogo Roger Clark, uno de los autores y miembro del equipo Cassini, sostiene que “Titán es un lugar muy dinámico, en donde hay química orgánica en movimiento ahora mismo”.

Por sí solas estas dos teorías no son ni mucho menos concluyentes a la hora de formular teorías, pero, según el profesor de la Universidad de Roma, Jonathan Lunin, “la unión de estos dos misterios resulta intrigante, y pide mediciones más detalladas in situ en una futura misión que podría probar o descartar la evidencia de vida en Titán de modo irrefutable”. “Si estas señales confirman la presencia de vida podría ser doblemente excitante porque esto representaría una segunda forma de vida independiente a la basada en el agua, como en la Tierra", consideró Chris McKay, astrobiólogo de la NASA tras los primeros descubrimientos de Cassini. En su exploración de Saturno y sus satélites, la sonda de las agencias estadounidense y europea visitará de nuevo la luna –ya lo ha hecho en más de 70 ocasiones desde 2004- y tal vez entonces se pueda disponer de nuevos indicios que permitan comprender algunos de sus misterios. Hasta entonces Titán seguirá encabezando la lista de mundos habitables.