Libia sigue siendo una ratonera para inmigrantes
Los extranjeros que iban en un barco interceptado por las autoridades dicen ser vícitmas de una mafia que los ha entregado
Las autoridades libias dicen que interceptaron el lunes un pesquero que iba a zarpar hacia Italia con entre 400 y 500 emigrantes a bordo. Esta noticia, que el nuevo ministro del Interior, Fawzi Abd al All, presenta como un logro del nuevo gobierno a pesar de la escasez de medios, tiene sin embargo ciertos aristas. Todo apunta a que los emigrantes cayeron en una trampa y fueron entregados a las autoridades en una operación en la que hay por medio miles de dólares.
Los emigrantes insisten en que han sido víctimas de un engaño por los propios libios, que les cobraron una importante cantidad de dinero antes de que el capitan de la embarcación les entregara, según reconocieron algunos de ellos a la agencia Reuters en el puerto de Trípoli.
"De esta forma enviamos un mensaje a todo el mundo de que la nueva Libia es totalmente diferente", dijo el ministro del Interior en una rueda de prensa en la que anunció el supuesto apresamiento. En su comparecencia se refirió a la forma en la que difunto dictador Muamar Gadafi jugaba con Europa con el dossier de la emigración clandestina.
Los emigrantes con los que Reuters pudo contactar explicaron que pagaron más de mil dólares cada uno por un viaje en el que pudieron comprobar que el capitán no tuvo ninguna intención de llevar a cabo. "Nos entregaron a la gente de la Armada", dijo Isaac Okyere, un ghaniano de 27 años.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha alertado de que Libia se ha convertido de nuevo en "una de las mayores o en la mayor ruta de tránsito para la gente que intenta cruzar a Europa", según su portavoz, Melissa, Fleming, informa Efe.
"No es verdad" que nos los hayan entregado, dijo el viceministro del Interior libio en las instalaciones del puerto. Reconoció, a pesar de todo, que el Ministerio tuvo noticias de la existencia de la expedición antes de que zarpara y que el capitán del barco había cooperado con las autoridades. "Había un acuerdo entre él y nosotros", añadió.
Al menos dos millones de emigrantes viven instalados desde hace años en Libia. Muchos tienen en el país magrebí su puesto de trabajo, otros utilizan este país como trampolín para llegar a Europa, principalmente Italia.
Gadafi amenazó en numerosas ocasiones a la Unión Europea para que comprara con importantes cantidades de dinero su compromiso para luchar contra la emigración clandestina. Ese comprimiso nunca existió y Libia ha sido durante años un infierno que empeoró cuando al estallar la guerra civil los ciudadanos subsaharianos fueron señalados como mercenarios del depuesto régimen.
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