La SGAE conocía desde 2009 los presuntos pagos de Farrè a prostitutas a su cargo

Después de trascender la noticia a la prensa, la SGAE emitió inmediatamente un comunicado que colgó en su web explicando de manera detallada las medidas que había tomado tras conocer las presuntas irregularidades de Farrè, siempre gracias a la investigación de un medio de comunicación.

En dicho comunicado, la SGAE niega tener conocimiento de este presunto delito y le da las gracias al periodista que le informó de los hechos «por su trabajo de investigación realizado, que sin duda servirá para esclarecer unos hechos que, de confirmarse, son completamente reprobables y perjudican el óptimo funcionamiento de esta entidad como sociedad de gestión al servicio de los creadores».

A raíz de esto, la entidad inició hace unos días «una investigación interna para esclarecer los hechos», corroborando la existencia de «indicios» de que Farrè «presentó conceptos falsos en la justificación de sus gastos —como seminarios, operaciones antipiratería o gestiones con terceros— para ocultar el verdadero destino de los fondos de la entidad». Todo en el comunicado quiere reflejar la absoluta ignorancia de la entidad, que se ha puesto a disposición de la Guardia Civil y de la Audiencia Nacional.

Hasta ahí todo parece un inmenso acto de generosidad hacia los periodistas —quien lo diría— que han descubierto el presunto delito y de transparencia de la entidad de gestión. Sin embargo, una información a la que ha tenido acceso ABC desmonta la versión de la SGAE, que sí conocía el uso que Pedro Farrè hizo de la tarjeta corporativa de la que disfrutaba.

Según fuentes de este periódico, fue gracias a un informe realizado en los primeros meses de 2009 por una persona de la entidad, muy próxima a Farrè, como Teddy Bautista y gente próxima a él se enteraron de los gastos extraordinarios del jefe de gabinete. En dicho informe fueron reflejados los presuntos pagos a servicios de prostitución facturados a través de la mencionada gestoría, que tuvieron lugar a horas intempestivas difíciles de justificar. Dicho informe fue trasladado después a la cúpula directiva que «exigió» el cese inmediato de la actividad de Farrè en la entidad. El despido, que tuvo lugar en mayo de 2009, coincidió con un momento muy tenso en la SGAE, provocado por sus problemas de comunicación (Farrè era también responsable de dicho departamento) con la sociedad civil ante escándalos como la grabación clandestina de una boda en Sevilla.

A pesar del presunto dinero del que ya había disfrutado Farrè a través de la tarjeta corporativa,la SGAE le indemnizo por su despido con 120.000 euros. Tras su salida de la institución, Farrè puso rumbo a Estados Unidos donde pasó una temporada. En la actualidad, el exjefe de gabinete de Bautista había vuelto a estrechar lazos con la institución a través de la organización de seminarios. Actividad que ha sido, de nuevo en un gesto de transparencia de la SGAE, cortada de raíz: «La entidad ha prohibido con carácter inmediato la contratación de cualquier tipo de servicios de consultoría con Don Pedro Farré», subraya el comunido.

Fuentes externas confirmaron a ABC que Farrè tenía cada vez más información e influencia sobre el presente y futuro de la entidad. El estallido de este escándalo las ha cortado de raíz.