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Mezcla letal de drogas en la «rave»

Dos chicos de 18 años mueren y otro está grave tras asitir a una «rave» el sábado. Al parecer tomaron alcohol, «speed» y estramonio, una planta muy venenosa

Mezcla letal de drogas en la «rave» TELEMADRID/ABC

M. J. ÁLVAREZ

La fiesta «rave» acabó en tragedia por la mezcla fatal de sustancias estupefacientes. Así se deduce de lo sucedido en Getafe el pasado sábado, que terminó con dos jóvenes de 18 años muertos, y un tercero, de 20, grave, que permanece ingresado en la UVI. La celebración ilegal, convocada, como suele ser habitual, a través de las redes sociales, congregó a numerosos jóvenes en el exterior del Monasterio de la Aldehuela, un convento abandonado situado en Perales del Río (Getafe). Allí bebieron y bailaron al ritmo de música electrónica al aire libre sin límite de tiempo, como caracteriza este tipo de eventos que suelen durar 12, 24 o 48 horas.

A las 18 horas del domingo saltaba la alarma cuando una pareja que paseaba por las inmediaciones halló a un joven tendido en el suelo. Parecía inconsciente. De inmediato, avisaron a Emergencias 112 y cuando el Summa llegó al lugar —el camino de la Finca del Marqués, cerca del río Manzanares— era ya cadáver. El cuerpo presentaba una lividez que apunta a que podría llevar horas muerto y no tenía signos de violencia, informaron fuentes del servicio de Emergencias y de la Policía Nacional. Todo apuntaba a una muerte por causas naturales. Sin embargo, enseguida se supo que no era así. Estaba a varios kilómetros del lugar de la «rave».

Le buscaban sus padres

Curiosamente horas antes, las mismas personas que dieron la voz de alarma se habían encontrado con el fallecido, al que vieron deambular, tambaleante por la zona, con aspecto de estar embriagado, y que ni siquiera quiso escucharles cuando se dirigieron a él. Resultó ser Pablo L. E., de 18 años, vecino de San Blas.

Se da la circunstancia de que los padres y amigos de Pablo se encontraban muy cerca: precisamente habían ido a buscarle al saber que fue el sábado hasta «El Monasterio» para asistir a la «rave» y, desde entonces, no habían vuelto a saber de él. Ni había regresado a casa ni contestaba a las cada vez más insistentes llamadas a su móvil. Allí conocieron la fatal noticia.

Varios testigos y conocidos de Pablo indicaron que en la «rave» habían ingerido drogas —«speed» y estramonio—, dos sustancias alucinógenas que habían circulado en exceso en la fiesta —además del alcohol—, en la que no había ningún tipo de medida de control ni de seguridad, tal y como indicaron.

Cerca del Manzanares

Todas las alarmas saltaron cuando un amigo del difunto explicó a la Policía Nacional que a la citada fiesta fueron cuatro personas, él y el difunto entre ellas, por lo que faltaban otras dos. Efectivos del Seprona de la Guardia Civil comenzaron la búsqueda por el paraje de la Aldehuela y justo una hora después, a las 20.57, encontraron el segundo cadáver a 500 metros de la depuradora de Perales del Río, en la orilla del río y a cuatro kilómetros del primero. Se trata de Alberto del O. G., de 18 años, residente en el distrito de Ciudad Lineal.

Al parecer, los fallecidos murieron cerca del Manzanares ya que pudieron ir buscando un lugar donde refrescarse y beber, al sufrir hipertermia, una intensa sensación de calor y sofoco, un efecto que causan el «speed» y el estramonio.

«Me han echado algo»

El tercer miembro del grupo que asistió a la «rave», Álvaro L. G., de 20 años, residente en el distrito de Hortaleza corrió mejor suerte y resultó grave tras la mezcla explosiva de drogas. Fue trasladado hasta el Hospital de Getafe a las siete de la mañana del domingo por varios conocidos. Permanece ingresado en la UCI y está estable, sin riesgo vital alguno. Su familia, aliviada, le visitó ayer en el sanatorio y eludió hablar con la prensa. «Me han echado algo en la copa», aseguró el muchacho a los agentes con los que habló, informa Ep.

En las analíticas realizadas a los jóvenes se han hallado restos de alcohol y dos alucinógenos, «speed» —derivado sintético de la anfetamina— y estramonio —una planta muy venenosa—, si bien no en todos los afectados. La raíz y la semilla de dicha planta la suelen utilizar los chamanes y se puede fumar o ingerir en infusión.

Lo sucedido en Perales provocó las quejas de los vecinos del barrio, quienes exigieron al Ayuntamiento que «tome medidas de una vez» para evitar las celebraciones de las «raves», que se producen de cuando en cuando. Así lo indicó el presidente de la Asociación de Vecinos de Perales del Río, Nicanor Briceño. En el Monasterio, «una antigua finca en la que hay agujeros de más de un metro de diámetro puede ocurrir cualquier cosa. Hace tres o cuatro años murieron dos o tres chavales que salieron de una fiesta de esas y se mataron al caerse».

Briceño no pudo concretar la periodicidad con la que se celebran si bien reconoció que hace meses que no se organizan. «Cada vez que a algún joven le da por meterse en una web y la monta esto se llena». Fuentes municipales han asegurado que «esto viene de atrás», en referencia a la época del anterior equipo de Gobierno, y que se tomarán «las medidas oportunas» aunque no han concretado cuáles.

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