AL DÍA
La sonrisa fatal
Me parece fatal la sonrisa fatal con que los gallinas de nuestra vida pública obsequian a esos chulánganos del perroflautismo
Me parece fatal la sonrisa fatal con que los gallinas de nuestra vida pública obsequian a esos chulánganos del perroflautismo con sus rastas de mau-mauar, arte inventado en San Francisco por los muchachos del gueto. «Mau-mauando al parachoques», tituló Tom Wolfe su reportaje. Mau-mauar era el modo de conseguir las cosas. Y el Parachoques era el tonto en mangas de camisa y un montón de rotuladores en el bolsillo que recibía con una sonrisa a los mau-mauadores. «¿Por qué tantos burócratas intentan sonreír cuando se inicia el mau-mau? —se pregunta el reportero—. Esta sonrisa es fatal. Cuando algún mal tipo está desafiando tu virilidad, tu sonrisa sencillamente prueba que tiene razón y que eres un gallina, a menos que tú mismo seas un duro con tanto valor que puedas lograr que esa sonrisa diga: “Sólo sigue hablando, pelele, porque voy a contar hasta diez y entonces te aplastaré”.» ¿Violencia, caballeros? ¡No, por favor! Con el mau-mau, dice Wolfe, se trata de aterrar, pero sin tocar. El término mau-mauar significa: «El hombre blanco nos tiene un miedo vudú, porque en su interior sigue creyendo que somos salvajes, ¿no? Por tanto, vamos a hacerle un número de Salvajes.» El jefe de la mau-mauancia leía la cartilla a los mau-mauadores: «Cuando lleguemos, quiero que os coloquéis delante del hombre y lo miréis fijamente y no digáis nada. Sólo mirarlo ferozmente. No importa lo que diga. Tratará de lograr que estéis de acuerdo con él. Dirá: “¿No es así?” y “¿Sabéis lo que quiero decir?”, y estará deseando que digáis sí o mováis la cabeza... fijaos bien... es parte de su mierda psicológica. Pero vosotros no digáis nada. Sólo mirarlo con ferocidad... fijaos bien... luego alguno de los hermanos se colocará junto a él, como si no hubiera más espacio o sencillamente como si lo estuvierais rodeando... Esto los hace temblar...» ¿Y aquellas fiestas con los Panteras Negras en el ático de los Bernstein? En Madrid los millonarios ya hacen colas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete