Interior admite que castiga a los agentes que menos multan

Si bien prosigue el texto: «No se ha abonado el citado complemento de productividad a aquellos que no han alcanzado el grado de adecuado de rendimiento, interés e iniciativa», y que el propio escrito relaciona a «auxilios, denuncias, intervenciones, detenciones y atestados, entre otras cuestiones». Una incongruencia en sí misma, puesto que refleja sin tapujos que entre los parámetros objetivos para pagar productividad a los guardias están también las denuncias. Esto se traduce en que el Ejecutivo central admite ahora, de forma explícita, los reproches de la Unión de Guardias Civiles sobre la existencia de «listas negras» de Interior, como coacción para que éstos aumenten el número de delaciones con fines recaudatorios y de manera indiscriminada.

En palabras de Sáinz, «con esta respuesta el Ejecutivo ha desnudado su verdadera política en relación a las infracciones de tráfico, más vale sancionar que prevenir». La grave incoherencia en la que incurre la respuesta escrita recién conocida, viene a demostrar, según afirma la representante popular, «el afán recaudatorio del Gobierno, así como su obsesión enfermiza por perseguir y acosar a los conductores, apostando guardias en los cambios de rasante y en las curvas más recónditas».

No menos grave es que, en la respuesta parlamentaria correspondiente, admita además que los cuatro guardias civiles de

Pontevedra fueron sancionados «por no imponer suficiente número de multas», llegando a decir textualmente de ellos que «no habían alcanzado el grado adecuado de rendimiento».