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Ante Gotovina

Referente del nacionalismo croata

Condenado por permitir la muerte de 150 civiles serbios y la deportación de 200.000 personas, los veteranos de guerra le consideran un "defensor de su país"

EFE

Héroe nacional croata para muchos y símbolo de la lucha contra la agresión serbia a comienzos de los años 90, el general retirado croata Ante Gotovina, de 56 años, fue condenado hoy en La Haya a 24 años de cárcel por crímenes de guerra. Tal es su influencia en el país, que incluso la Iglesia católica había llamado a los fieles a rezar por su absolución, los veteranos de guerra han marchado repetidamente a su favor y toda la clase política, con excepción de la minoría serbia, expresó su esperanza de una sentencia favorable.

El veredicto fue seguido hoy en directo a través de una pantalla gigante en el centro de Zagreb por miles de ciudadanos. Pero los jueces, lejos de considerar a Gotovina un héroe, lo han condenado por crímenes de guerra, entre ellos, por permitir la muerte de 150 civiles serbios, así como la deportación de entre 150.000 y 200.000 personas.

Los fiscales sostuvieron que en ataques "intencionados y sistemáticos" perecieron en su mayoría ancianos, entre ellos inválidos, algunos de los cuales murieron carbonizados en sus casas. Para los veteranos de guerra, su enjuiciamiento es un acto de "injusticia", "lo único que hacía era defender a su patria agredida".

En 1995 comandó por orden del ya fallecido presidente nacionalista Franjo Tudjman la victoriosa ofensiva "Tormenta", con la que los croatas recuperaron casi un tercio del país, sobre el que los serbocroatas habían proclamado en 1991 con ayuda del Ejército yugoslavo su rebelde 'República Serbia de Krajina'. Para entonces ya contaba con una enorme experiencia militar como legionario francés desde los 18 años, lo que le llevó a luchar en Chad y posteriormente a ser instructor de comandos paramilitares en varios países latinoamericanos como Guatemala, Paraguay y Colombia.

Contactos con Le Pen

Además, se le relacionó con el robo a mano armada de un banco en 1983, por lo que pasó un año en prisión, y se le acusa de frecuentar círculos de extrema derecha y de tener contactos con el ultraderechista francés Jean Marie Le Pen.

Al parecer, sus actas criminales desaparecieron en 1990, lo que fue interpretado por algunos analistas como un acto de protección de Tudjman a su general favorito. Después de eso, regresó a su país de origen cuando Croacia proclamó su independencia de la antigua Yugoslavia en 1991. Gotovina fue herido en la guerra contra el ejército yugoslavo y, antes de ser capturado en un hotel de lujo en el sur Tenerife en 2005, estuvo cuatro años prófugo de la Justicia internacional.

Muchos croatas consideran que los crímenes cometidos tras la operación de reconquista en 1995 fueron venganzas individuales por la "limpieza étnica" desatada antes por los serbios, y que él carecía del poder para evitarlas. Para los abogados que lo han defendido en La Haya, Gotovina "puso fin a la guerra entre Bosnia y Croacia" y lo que se merece son "elogios y no una acusación judicial".

Pero organizaciones de derechos humanos croatas han advertido que el ambiente de victimismo desatado por Gotovina ha borrado de la memoria colectiva que unos 600 civiles serbios murieron durante y después de la ofensiva, y que solo unos pocos militares de menor rango rindieron cuenta por ello.

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