El toro está indignado por no poder morir con dignidad»

-En su ilusión fantástica, pedía en sueños audiencia con el señor director de TV3. ¡Puro Mihura!

-Pepe, así se llamaba el director, me gritaba transformado en diablo con cuernos y rabo: «Por más que existáis, os vamos a negar, así reaparezca el mismísimo Manolete». Y me mandó a bailar sardanas, bajo amenaza de pegarme una cornada.

-Usted llevaba 20 años llamando a la puerta de la normalidad y se la cerraban día tra días hasta...

-...que me telefonean de Catalunya Radio para que opine sobre la prohibición porque estás «prohibido»; les colgué tras decirles que si estamos prohibidos también lo estamos para hablar. Me salió.

-¿Se prohíben por mayoría absoluta las corridas de toros en Cataluña porque se odia lo español?

-La razón determinante es identitaria. Los toros los prohíben los partidos nacionalistas en el poder y en la oposición. Un ataque de valor simbólico. «¡Ahí queden los españoles con sus historias!»

-¿Alguna esperanza para liberar a los toros del «patio de monipodio» de la prohibición?

-Sería muy importante conseguir 500.000 firmas y que los políticos se «mojaran». El próximo Gobierno, que se «moje»: si es cultura, que lo protejan, y si no es cultura que dejen de dar medallas de las bellas artes a los toreros. Si es un bien cultural de primer orden, que se preserve como lo que es.

-¿Qué pensará el toro?[/13NEGR-JUST]

-El animal estará escandalizado de no poder morir con la dignidad que muere en la plaza. Pensar que puede morir hacinado en un matadero... es atroz.

-¿Los prohibidores son «inhumanos»?

-Yo creo que sí. Prohibir los toros es un ataque al humanismo en toda regla. Los toros albergan valores que tienen mucho que ver con lo que somos los humanos: la superación del miedo, el compromiso ético de los toreros, el respeto al contrario, a la liturgia, la nobleza, la asunción de la evidencia de la muerte para la supervivencia humana.

-¿Cómo se defiende al toro en el Parlament?

-Fui con mucha responsabilidad; una vez allí, al ver cómo se comportaban los señores diputados, dije: «¡Uy uy! me parece que no me están atendiendo». El pescado estaba ya vendido. Deprimente. Hicieron un ejercicio de dejación de la ética absoluta.

-Existe la vía del Constitucional.

-Si ha sido constitucional, la acataremos, y si es inconstitucional vamos a aplaudir y mirar a los políticos: «Oigan, otra vez han hecho una cosa que no se podía hacer». A día de hoy estamos prohibidos.

-¿Por qué les señalan como «apestados»?

-Sí, sí, somos unos desahuciados, unos apestados, y se nos puede señalar con el dedo como señores que somos moralmente inferiores, cuando en la tauromaquia lo que hay es todo lo contrario, la tauromaquia es épica, valor, sacrificio, valentía.

-¿Y dónde queda el miedo?

-Lo hay, y se gestiona. Se explica cómo superarlo.

-El 24 de abril de 2010, el toro «Navegante» casi le arrancó la vida a José Tomás de un certero y traidor derrote a la femoral, en Aguascalientes. ¿Cómo se encuentra físicamente el maestro?

-Él ya está toreando en el campo desde hace un mes, ha sido un avance tremendo y creemos que las cosas van a ir muy bien. Sin prisas, sin fechas.

-¿Cómo ha vivido José Tomás la prohibición?

-Dolorido por cómo se ha perpetrado todo esto. Él y todos los toreros. El seguidismo que ha hecho la política es muy grave. Un señor puede ir a la plaza e insultar incluso, pero que el Parlamento siga este hilo y nos señale como apestados es lo grave.

-Tan grave como la censura.

-En Cataluña no puedes ir a los toros con tu hijo. Si es pernicioso y malo ver cómo se mata un toro, lo será también comerse un filete. ¿En qué quedamos? La población dice: «Estos tíos, ¿qué están haciendo?, con la que cae, ¡que nos dejen en paz!».