«La peor historia de terror es sentirse aislado»

Todo empezó en 2006 cuando Macip y Roig leyeron en la prensa una noticia sobre el maltrato que padecían jóvenes inmigrantes en un reformatorio situado en un terreno escabroso del Alt Empordà . “Nosotros, admiradores de Lovecraft y de la ciencia ficción, constatamos que en la realidad pueden ocurrir cosas todavía más bestias”. Le empezaron a dar vueltas a la trama y combinaron en su imaginario el ritmo de series televisivas como “Lost”, el “gore” de “La matanza de Texas”, los mitos de Lovecraft y clásicos del ruralismo modernista: “Solitud”, “Els sots ferèstecs” o “La xucladora” de Ruyra. “Nos percatamos de que en el siglo XXI ya no se puede escribir una novela sobrecargada de descripciones cuando puedes tener una imagen instantánea en el móvil”, añaden.

Es, precisamente, esa indefinición descriptiva lo que acentúa la atmósfera terrorífica de “Ullals”: un joven rebelde acaba recluido en un destartalado reformatorio; intenta huir y casi lo consigue, pero tal vez lo que encuentre fuera le va a gustar todavía menos... Lo malo por conocer puede ser peor que lo malo conocido. En la sociedad actual, dominada por las redes sociales y la conexión permanente mediante las nuevas tecnologías, subrayan Macip y Roig, “la peor de las historias de terror es la de sentirse aislado”.

Esas conexiones, precisamente, les permiten trabajar a dos manos (es la segunda novela que firman conjuntamente). Salvador Macip es médico y científico y Sebastià Roig conjuga el cómic con las guías turísticas. Desde que se toparon con la noticia que dio origen a “Ullals” estuvieron cuatro años limando el texto -“tenemos proyectos y dedicaciones diferentes”- e imprimiendo ritmo a la narración. Estuvieron siete meses componiendo el guión de la historia: “Son tres personajes en un ambiente claustrofóbico. Hay que evitar los tiempos muertos y combinar nuestras formas de escribir hasta conseguir una tercera voz”. Una voz narrativa que suena bien.