«Viñetas en el frente» desvela la picaresca del arte en la guerra
EL Museo Picasso disecciona los dibujos de «Sueño y mentira de Franco»
MARÍA GÜELL
Un «auca» que trae mucha cola. La pinacoteca de la calle Montcada en colaboración con el Museo Picasso de Málaga, donde viajará después de Barcelona, propone un diálogo entre la obra «Sueño y mentira de Franco» (1937) y el lenguaje gráfico y visual de la ... propaganda de guerra durante la contienda civil española.
La muestra, que se exhibirá hasta el próximo 29 de mayo, reúne 128 obras entre óleos, dibujos, grabados, fotografías y documentos, así como las planchas de grabado. El director del museo, Pepe Serra, subraya que esta exposición se inscribe en la línea que impulsa el museo de «generar trabajos de investigación que proporcionen nuevo conocimiento sobre la obra de Picasso».
A la sombra del Guernica
En esta ocasión, el punto de partida es el grabado «Sueño y mentira de Franco», «una obra equivocadamente considerada menor, que Picasso realizó contra la figura del dictador, expresión máxima de su compromiso político», en un momento en el que el pintor era director del Museo del Prado. La muestra analiza los elementos iconográficos que componen las 18 viñetas de «Sueño y mentira de Franco» y el lenguaje gráfico y visual presente en carteles, pasquines, ilustraciones, fotografías y chistes.
El comisario Salvador Haro reconoce que «Sueño y mentira de Franco» puede ser una obra clave para entender algunas partes de su hermana mayor, el «Guernica». El itinerario expositivo comienza con las dos láminas del grabado, así como las respectivas planchas divididas en 9 viñetas cada una, que, según Haro, ya habían sido diseñadas para hacer postales, cosa que al final no se hizo, aunque sí se hizo una edición de los grabados amplia, de 1.000 ejemplares, algo inusual en Picasso.
La secuencia de imágenes remite a la estructura formal de las «aucas» o aleluyas e ilustra la vinculación de un Picasso vanguardista con la cultura popular. Pepe Serra defiende que cada viñeta habla por sí misma. «Picasso se dirige de forma muy sarcástica a todos los estamentos y a algunos de sus emblemas: la media luna del ejército africano, el estandarte y la virgen de las procesiones, la corona monárquica. También critica el capital, la destrucción del tesoro artístico nacional, la apropiación que los sublevados hicieron de determinados símbolos y la ridiculización del prototipo de la mujer de “peineta y mantilla”».
La sátira da paso al drama para mostrar la lucha trágica del pueblo español, como recogen las ilustraciones dedicadas a la guerra de la Independencia o la de Cuba.
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