DOPAJE — «Operación Galgo»
El apocalipsis, según los Fuentes
El médico y su mujer siempre han hablado de ciclistas, atletas, tenistas y futbolistas como clientes suyos
«Si hablo, ni Mundial ni Eurocopa», dicen que dijo Eufemiano Fuentes a un detenido que compartía calabozo con él estos días en la T-4. «No sólo había ciclistas en la Operación Puerto. También había atletas, tenistas y futbolistas», confesó el dichoso médico canario en una entrevista con el periódico francés «Le Monde». «Sé lo que ocurrió en los Juegos de Barcelona 92 y soy una caja de Pandora», avisó mucho más amenazante que su marido, Cristina Pérez, ex atleta de 400 metros que se casó con Fuentes hace veinte años. Existen dos formas de aproximarse al problema de dopaje que vive el deporte español en estos momentos. No tomar en consideración las insinuaciones del matrimonio por proscritos y faltos de crédito o prevenir las consecuencias si sus afirmaciones son ciertas. El apocalipsis, según los Fuentes Pérez.
Desde el minuto uno de la Operación Puerto, allá por mayo de 2006, Eufemiano Fuentes anticipó lo que después se ha cumplido. No sólo había ciclistas en la trama. También tenía relación con atletas, como quedó acreditado en el sumario instruido por el Juzgado 31 de Madrid.
El juez Serrano tiene desde hace cuatro años en su poder tablas de entrenamiento de 2002 diseñadas por Fuentes que correspondían a atletas. Los planes estaban divididos por cuadrantes de semanas y días y anotaciones en cada casilla: fuerza, técnica, velocidad, descanso, regeneración...
Distinguidas con asteriscos figuraban las competiciones al aire libre más destacadas del año. Los objetivos de los atletas, se entiende. En el verano de 2002 sobresalían el Campeonato de España (20 y 21 de julio) en Salamanca y, sobre todo, el Campeonato de Europa de Múnich (del 6 al 11 de agosto). Fue el mejor torneo continental de la selección española en su historia. Quince medallas y seis de ellas de oro.
Aunque estos papeles no invocaban al dopaje, el juez Serrano tuvo más documentación que vinculaba a Eufemiano Fuentes con este deporte. Por ejemplo, un fax del 27 de mayo de 2002 y compuesto por tres páginas enviado por la ex atleta Rosa Colorado «a la atención del doctor Eufemiano Fuentes». Colorado escribe: «Te mando resultados de analíticas. Se las hicieron de inmunología y alergia y luego se las repitieron de serología. No te mando el papel para ganar tiempo. Le pidieron los resultados por teléfono, el papel te lo mando mañana. Se encuentran bien, no han dejado de entrenar pero en menor volumen. Espero tu llamada».
Sin dar nombres
Las analíticas pertenecían a dos fondistas, Teresa Recio y Beatriz Santiago. Recio, natural de Villares de la Reina (Salamanca), es especialista en pruebas de largo recorrido. Fue campeona de España de 5.000 (1995) y 10.000 (1999, 2000 y 2005) y de medio maratón (1996). Beatriz Santiago, nacida en Francia (Neully), ha levantado su carrera sobre los 10.000 y los 5.000 metros.
El ginecólogo siempre ha amenazado, pero nunca ha dado nombres. No puede. Es como si el camello o la prostituta dijesen quiénes son sus clientes. Cerebral y siempre frío en sus calculadas intervenciones, Eufemiano no tiene mucho que ver con su mujer. Cristina Pérez, que tuvo un problema con el dopaje durante su trayectoria profesional, es volcánica. Tiene ganas de hablar. Y de contar las cuitas de un fariseísmo galopante. Todo el mundo se hace la foto con los triunfadores y nadie quiere arrimarse a los apestados cuando surge alguna implicación con el dopaje.
«Si yo hablo, este mundillo se viene abajo —dijo en el periódico canario La Provincia—. Muchas medallas olímpicas se consiguieron gracias a mi marido».
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