La cara oculta de los cuarteles

Los guardias civiles de la Comunidad Valenciana desarrollan su labor en instalaciones que merecen el calificativo de «tercermundistas». Según estimaciones de la Conselleria de Gobernación, dos terceras parte de los cuarteles de la Guardia Civil se encuentran «en mal estado o en estado ruinoso». En concreto, 93 de las casas cuartel de la región necesitan actuaciones de mejora.

Y pese a ello, el Gobierno ha anunciado en una respuesta parlamentaria que no considera «prioritario» invertir en la mejora de estas dependencias, debido a que la tasa de delincuencia ha descendido en la región. Quizá por ello, el Ministerio del Interior sigue negándose a firmar el convenio propuesto por el Consell para cofinanciar la rehabilitación de los cuarteles. El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, ha propuesto incluso encomendar estas obras a las escuelas taller del Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef), para reducir los costes.

El accidente de Almoradí se produjo tan sólo dos semanas antes de que la dotación de la Guardia Civil se trasladara al nuevo cuartel que ha costeado, en solitario, el Ayuntamiento, ante la falta de inversión del Ministerio. Hay casos más sangrantes. Las obras de rehabilitación de la casa cuartel de Moraira-Teulada, también en Alicante, permanecen paralizadas desde hace casi dos años, debido a que la empresa que las estaba ejecutando quebró. Interior todavía no ha encargado los trabajos a una nueva empresa.

Mientras tanto, los agentes destinados a este municipio desarrollan su labor en la antigua oficina de Correos, cedida por el Ayuntamiento. Algo similar ocurre en el municipio valenciano de Ayora, donde el cuartel permanece cerrado, porque se caía a trozos, y los agentes duermen en el de Jarafuel.

Del mismo modo, el Ayuntamiento de Benissa se ha visto obligado a ceder viviendas a los guardias civiles destinados en este municipio hasta que esté concluido el nuevo cuartel: de los 2,2 millones que cuesta la obra, el Ministerio sólo aportará 600.000 euros, mientras que del resto tendrá que hacerse cargo el Ayuntamiento, que adquirió este compromiso para evitar que la dotación se trasladar a Calpe.

La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha reclamado el cierre inmediato de los cuarteles de Quartell (donde sólo hay siete guardias destinados), Silla, Aldaya y Vilamarxant, porque no reúnen las condiciones mínimas de habitabilidad. También exige mejoras urgentes en los de Sueca, Requena, Lliria y Paiporta.

La misma asociación denuncia que los calabozos son insalubres en casi toda la provincia de Valencia y que el 80% de sus cuarteles carece de medidas de seguridad adecuadas. Hasta hace pocos años, en algunas dependencias, los agentes tenían que utilizar los mismos aseos destinados a los detenidos. En Ibi, el estado de los aseos y vestuarios es «indigno», denuncia la AUGC.