Las sepias tendrán que hacer hueco a Paul

Los responsables del Zoo Aquarium de Madrid ya han contactado con los del acuario Sea Life de Oberhausen, en Alemania, donde reside el bueno de Paul, para intentar su fichaje. El caché del cefalópodo más famoso del mundo ha subido tanto después de saltar a la fama durante el Mundial de fútbol, que en el Zoo de Madrid asumen que, si quieren contar con él, tendrán que hacer «una oferta importante». Y en eso están. Aunque saben que será difícil que los alemanes accedan, en el zoológico madrileño ya trabajan pensando en el desembarco del octópodo estrella.

«Tenemos ya un espacio reservado para él. Es donde están ahora las sepias, que tendrán que salir, porque el pulpo es un animal solitario, poco social y muy agresivo con los de su especie y con otros animales», cuenta García. De cruzarse con Paul, las sepias madrileñas no lo contarían.

Según este especialista, la mudanza de Paul a Madrid no tendría por qué tener mayor complicación. «Es un animal ya de una cierta edad, pero su traslado no presenta demasiados problemas. Con que se le mantenga bajo el agua y se respete una temperatura en torno a los 20 grados bastaría».

No quiere decir eso que a Paul se la vayan a dar con queso. «Pertenece a la especie invertebrada más inteligente y se percataría de que le han cambiado de sitio, pero no tendría por qué tener problemas para adaptarse».

Así, parece que Paul podría ser feliz también en Madrid, siempre y cuando tuviera un área preferente reservada para él. «Los pulpos no pueden convivir entre sí. Generalmente, si hay dos individuos cerca el uno del otro, pelean hasta que uno de los dos muere».

Javier García tiene previstos ya todos los posibles problemas que pudiera generar Paul: «Como son animales muy inteligentes , es difícil mantenerlos encerrados. Tienen siempre tendencia a escaparse y explorar, incluso por tierra».

En el Zoo de Madrid reconocen que será «difícil» que Paul haga las maletas y se venga finalmente a España, pero su propósito es firme. Quieren que se venga. «Hablaremos lo que haga falta y estamos dispuestos a hacer una importante oferta económica, así como a ofrecer un intercambio de animales». Esto es al menos lo que dicen públicamente en el Zoo de Madrid. El problema es que Paul tiene ya más de dos años y, como reconoce García, los pulpos no viven más de tres. ¿Dejarán los alemanes que Paul pase el final de su vida en Madrid? Podría ser el fichaje más sonado del verano.