Putin descarta que Venezuela esté colaborando con ETA y las FARC

«Rusia ha luchado y sigue luchando contra el terrorismo, y es víctima del terrorismo», añadió, después de lo cual agradeció al presidente venezolano sus palabras de condolencia y apoyo tras los recientes ataques terroristas en Moscú que se saldaron con la muerte de 39 personas.

«Veni, vidi y vince» la frase atribuida al romano Julio César en una de sus campañas africanas es la que se puede aplicar a Putin en su gira por Latinoamérica, especialmente en Caracas donde este viernes firmó jugosos contratos financieros, armamentistas, atómicos y energéticos con su homólogo venezolano, Hugo Chávez y por añadidura con su amigo boliviano Evo Morales.

En apenas 12 horas de visita oficial en Caracas, el ruso Putin logró matar dos pájaros de un solo tiro, es decir, concretar los acuerdos con Chávez y su amigo, el presidente de Bolivia, Evo Morales, que se presentó a última hora para concretar un préstamo con el jefe de Moscú. No es la primera vez que los tres mandatarios se encuentran pero sí la primera de Putin, de 58 años, en calidad de primer ministro de Rusia.

Putin cumplió con su agenda caribeña prevista desde meses antes del reciente atentado terrorista de las «viudas negras» chechenas que ha conmovido el mundo por su atrocidad. En Caracas fue recibido por el mandatario venezolano. Pasaron revista a la guardia de honor en el aeropuerto internacional de Maiquetía y luego a la entrada en el palacio de Miraflores, sede del gobierno caraqueño, donde revisaron los acuerdos de cooperación conjuntos.

Los negocios entre Venezuela y Rusia ascienden a 20.000 millones de dólares que serán materializados con la creación de un banco binacional parecido al que suscribió Caracas con Teherán de 5.000 millones de dólares a principios de este año. La entidad financiera rusa venezolana, que tendrá sus oficinas de representación en Caracas y Moscú, atenderá los proyectos que se presenten para desarrollar los campos energéticos, comerciales, tecnológicos, armamentistas, educativos, económicos, culturales y toda la gama de oportunidades para relacionarse entre los dos pases.

La agencia oficial venezolana, ABN, dijo que Chávez y Putin se reunirán primero y luego con el boliviano Morales. Entre los acuerdos con el venezolano menciona ABN la firma de un convenio con un consorcio de firmas rusas que tendrá el 40 % de una empresa mixta con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) para explotar el campo Junín 6 (en el estado Bolívar al sur del país), cuya producción potencial es de 450.000 barriles por día (bpd).

Chávez dijo que Moscú y Caracas fortalecerán sus lazos de seguridad para «continuar aumentando la capacidad de defensa de Venezuela» y avanzarán en la cooperación en energía nuclear .

«No vamos a hacer la bomba atómica, pero sí vamos a desarrollar energía atómica nuclear con fines pacíficos. Tenemos que prepararnos para la era postpetrolera», dijo Chávez en un consejo de ministros el jueves en la noche.

El mandatario busca ayuda de Rusia e Irán para desarrollar energía nuclear, cuando enfrenta una severa crisis eléctrica que amenaza con apagar los bombillos del país socio de la OPEP mientras mina su popularidad meses antes de unas cruciales elecciones legislativas.

De hecho, Rusia prestó un avión anfibio Beriev para ayudar a extinguir un incendio que devora desde hace días el reseco parque nacional El Avila, una cadena montañosa que separa a Caracas del Mar Caribe.

Desde el 2005, Venezuela ha gastado más de 4.000 millones de dólares en aviones de combate Sukhoi, helicópteros M1-17 y rifles de asalto Kalashnikov rusos.

En su octava visita a Moscú realizada en septiembre, Chávez logró un crédito por 2.000 millones de dólares para comprar más armamento ruso, incluyendo tanques S-300 y un avanzado sistema de defensa con misiles antiaéreos.

La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, expresó preocupación el año pasado por las ventas de armas rusas a Venezuela debido a que podría desencadenar una carrera armamentista en la región .

Sin embargo, Chávez dice que su «revolución socialista» necesita armarse para enfrentar la amenaza del «imperio yanqui», al que acusa de planear invadir el rico país petrolero a través de la vecina Colombia, el más cercano aliado de Washington en la región, para controlar sus reservas de crudo.

Estados Unidos impuso en 2006 un embargo contra Venezuela para la venta de equipos o repuestos militares, temiendo que puedan caer en manos de grupos considerados terroristas, como las guerrillas colombianas de las FARC, lo que también es visto con preocupación por Bogotá.