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Ajuste «como sea»

CASI todo lo que hasta ahora podía salir mal en la flamante presidencia europea ha salido, efectivamente, mal. Y no sólo por el plante de Obama a la cumbre española, principal objetivo mediático del Gobierno, sino porque la visibilidad que buscaba en el continente se ... ha convertido en un boomerang proyectado contra la cabeza de Zapatero, quien en su burbuja autocomplaciente parece haber olvidado que en Europa hay bastante gente a la que le parece cargante su suficiencia. Lo que hasta el momento sólo sabíamos los españoles se ha convertido en dominio universal. El presidente quería alzarse sobre el turno de guardia para mostrar su adanismo pero resulta que algunos lo estaban esperando para darle con un canto en los dientes a las primeras de cambio. Muy especialmente los alemanes de la «fracasada» Angela Merkel, principales compradores de deuda española a través del Banco Central Europeo; primero lo pusieron en su sitio cuando tuvo la ocurrencia inicial de sugerir que iba a enseñar a la Unión el camino de salida de la crisis, y ahora le han metido las cabras en el corral de Davos al sentarlo entre Letonia y Grecia -¿dónde estaban las decenas de asesores monclovitas cuando se hizo esa foto?- y obligarle luego a forzar un ajuste social si quiere seguir contando con la anuencia de los mercados.

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