Aterrizaje de emergencia en Iberia con recortes de 2.250 empleos y 215 millones en costes
Iberia ha optado por apretarse drásticamente el cinturón tras cerrar uno de los primeros trimestres más pobres de su historia, en el que ha contabilizado números rojos por valor de 92,6 millones de euros, como consecuencia de la fuerte caída de la demanda (-9, ... 5%), los ingresos de explotación (-15,8%) y el coeficiente de ocupación de sus aviones (-2,95).
Con todo, una de las razones que explican la evolución negativa de los tres primeros meses está directamente ligada a la mala planificación realizada en la compra de combustible. Mientras Iberia estimó que el barril rondaría los 130 dólares en 2009, la crisis y desaceleración económica han situado el precio real en una media de 40 dólares. Este desajuste entre la cobertura de compra suscrita a mediados de 2008 y la realidad del mercado ha originado un desembolso extra de 117,8 millones de euros.
Tal y como anunció el pasado 23 abril, la aerolínea dio ayer a conocer los resultados contabilizados hasta marzo y las línea maestras de su plan de contingencia con el que pretende ahorrarse un máximo de 215 millones de euros hasta finales de año. Según informó la aerolínea a la CNMV, el conjunto de medidas puestas en marcha le permitirán reducir las pérdidas en 125 millones y recortar las inversiones previstas en otros 90 millones mediante actuaciones concretas relacionadas con el ajuste de la capacidad y la rebaja de los costes laborales y gastos.
Desde una óptica laboral,el plan incluye un expediente de regulación de empleo de doce meses de duración para cerca de 2.250 trabajadores, el equivalente al 10% de la plantilla. Iberia no ha detallado las áreas de la empresa que resultarán más afectadas por este recorte temporal, aunque fuentes sindicales creen que el mayor esfuerzo recaerá sobre los servicios aeroportuarios y de carga.
El severo plan de ajuste contempla además la no renovación de contratos eventuales, la suspensión de las incorporaciones previstas, la contención de los salarios, la revisión de los deslizamientos (trienios y subidas de categoría profesional) y la congelación del sueldo de 140 directivos.
Además de dejar de operar cinco A320 y aplazar la recepción de un A340-600 hasta 2010, Iberia recortará gastos derivados del alquiler de inmuebles, del uso de la flota de vehículos, reducirá la contratación de asesorías técnicas, revisará a la baja los contratos con proveedores y aplazará la construcción de un edificio en Barajas destinado a las firmas de las tripulaciones.
Pese a este drástico reajuste, Iberia sigue estimando que si la actual coyuntura económica no sufre modificaciones significativas cerrará el presente año con pérdidas y sólo retornará a los beneficios en 2010. Este fue uno de los mensajes lanzados ayer al mercado financiero por Fernando Conte, presidente de la compañía. En la habitual ronda telefónica mantenida con analistas e inversores, Conte precisó que prosiguen las negociaciones con British Airways, aunque el proyecto necesitará más tiempo de lo esperado.
Mientras UGT guardó un pulcro silencio sobre el plan dado ayer a conocer, CC.OO. detalló que hoy celebrará una reunión con la dirección, manteniendo como objetivo prioritario buscar soluciones que «garanticen los puestos de trabajo y la viabilidad de la empresa».
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