España justifica hoy ante Europa las razones del exceso de anuncios en TV

Fernández de la Vega se entrevistará hoy en Estrasburgo con las comisarias de Sociedad de la Información, Viviane Reding, y de Competencia, Neelie Kroes.

El incumplimiento de la normativa europea por parte de las cadenas de televisión españolas, con el beneplácito implícito del Gobierno, se vienen produciendo desde 2005 y la cuestión está ya en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, ante el que la Comisión Europea presentó una denuncia formal en diciembre del año pasado después de que Madrid hiciera caso omiso a numerosas advertencias.

La tesis de Bruselas es que el Gobierno español, al no contabilizar las telepromociones como anuncios, está contribuyendo a la saturación de anuncios en la televisión, lo que supone una lectura «muy estrecha» del concepto de anuncio. El Gobierno español, por su parte, considera que los diferentes formatos de publicidad (telecompra, telepromoción, publirreportaje, etc..) no cuentan a efectos de cómputo total de publicidad por hora, cosa que sí hace expresamente la normativa europea.

La norma que regula la publicidad en televisión en España, incluida la televenta, establece un tope de un 20% del tiempo total diario de emisión de la cadena. Además, el tiempo dedicado a los anuncios publicitarios no debe superar el 15% del total de tiempo de emisión.

Públicas, fin a la doble financiación

Por otra parte, De la Vega tratará con la comisaria Kroes el espinoso asunto de la financiación de TVE. La idea de Bruselas es ir poco a poco acabando con la doble financiación de que gozan las televisión públicas en Europa al distorsionar la competencia respecto a las cadenas privadas que no reciben ni un euro de las arcas públicas.

Para ello Kroes ultima un proyecto en el que se definirán de manera precisa el concepto, entre otros, de «servicio pùblico», de modo que sólo podrán recibir dinero procedente de las arcas del Estado aquellas cadenas o programas que verdaderamente cumplan con este cometido, o lo que es lo mismo, hagan programas de calidad que contribuyan a aumentar el nivel cultural de la sociedad, y no meros programas de entretenimiento de calidad cuando menos dudosa o incluso «telebasura».

El proyecto de la Comisión Europea incluirá probablemente un sistema de control de estas ayudas de Estado que se concedan en el futuro a las televisiones públicas, de modo que cuando una cadena pública cambie la programación, en aras de ganar cuota de mercado, pueda llegar a perder la subvención. El Protocolo de Amsterdam, que regula ahora esta materia, deja un margen muy amplio a los Estados para definir la misión del controvertido término de «servicio público».