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ABC Cultural

El lado oscuro de James Bond

Ni leyenda, ni mito, ni tótem, ni siquiera icono. 007 ya se ha pasado tres pueblos de cualquiera de estas categorías y estratosferas, adquiriendo una condición superior: la de folclórica. Por eso es esclavo de su público, que por algo le ha seguido durante décadas ... y hasta le ha perdonado lo de Timothy Dalton. Y de mano en mano va, no como la falsa moneda sino, él que tiene más clase, como el «peluco» de oro que le regalan a los prejubilados por los servicios prestados. Aquí, los agraciados han sido los hiperactivos Marc Forster y Paul Haggis, pareja a quien pegaba menos la franquicia que a Garci y Valcárcel.

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