Un tinto fresco y mineral de Mallorca

Pongamos que vuelvo a Mallorca , a una época distinta, pretérita pongamos y hasta le añadamos un año. Por ejemplo, 1264 cuando las viñas poblaban tierras de Biniagual. Y olivos y cereal también aparecieron más allá de esos tiempos. Mucho más allá. Pongamos que hacia ... el siglo XVII así fuera. Y existiera una dedicación también a la cría de cerdos y ovejas… Y puntos suspensivos añadamos pues eran prósperas tierras y momentos. Y todo quedase al fin muerto, con la presencia de la filoxera como punto final a tanto viñedo. Hacia 1970 un nuevo propietario reactivó antiguos tiempos y volvieron los olivos, las viñas, y hasta en naranjos creyeron, como rebaños de ovejas volvieron a pastar esos suelos. De todo eso, como cada vez que vuelvo a Mallorca, lo que más me importa son las cepas, que crecen hoy entre cantos, cepas de uva mantonegro. Una uva que proporciona vinos de aspecto juvenil, con notas de flores silvestres y fruta roja, por cierto. Una fruta roja que te mantiene de principio a fin despierto y una elaboración en bodega que permite una bella vida a destiempo. Cuando todo es poderío incierto aquí tenemos algo que vale la pena. Un vino mineral. Un vino fresco.