Por pueblos monumentales y monasterios históricos de Navarra

La historia es, en este caso, anterior a la leyenda, pues los romanos ya producían aceite en esta comarca hace más de 2.000 años, como lo demuestra el trujal molino de aceite hallado en la villa agrícola de Las Musas, en el vecino pueblo de Arellano . Los métodos se han modernizado y podemos observarlos en una visita al trujal Mendía, fusión de 22 antiguos molinos aceiteros que produce la mitad de todo el aceite navarro, amparado por el sello Denominación de Origen Protegida.

A Arróniz se llega por la A-12 tomando la salida 47. Desde este pueblo salimos hacia Luquin y después seguimos la NA-111 dirección Estella , para encontrarnos con el monasterio de Iratxe. Este cenobio, en el que destacan la iglesia románica, el claustro de estilo plateresco y la torre herreriana, es un enclave jacobeo desde hace más de 1.000 años, cuando ya atendía a los peregrinos en su hospital. Remontando la huella jacobea, pronto llegamos a Estella. Esta ciudad nació a la vera del Camino de Santiago, por el que recibió el caudal de los mejores saberes y las mejores artes de la Europa medieval. Así nació uno de los conjuntos románicos de Navarra, que podemos descubrir en las iglesias de San Pedro de la Rúa, San Miguel y Santo Sepulcro o el palacio de los Reyes de Navarra del casco viejo. También veremos templos góticos, palacios platerescos y conventos barrocos, y podremos tomar un respiro en el parque de Los Llanos, a orillas del río Ega.

De Estella salimos por la NA-718 dirección Zudaire , pero un poco antes de este pueblo debemos desviarnos a Baquedano . Allí, los andarines podrán acercarse al nacimiento del río Urederra, un edén de cascadas y pozas, al pie de los murallones de la sierra de Urbasa.

De Zudaire subimos al puerto de Urbasa , donde se abre una extensa meseta calcárea de pastos y bosques. Desde allí, un paseo nos lleva por el filo del Balcón de Pilatos, escalofriante anfiteatro rocoso sobre el que vuelan alimoches, halcones, buitres y, más abajo, la cascada del río Urederra. De nuevo al volante, a pie de ruta encontramos el palacio de Urbasa, hoy una mansión barroca abandonada, la Borda Severino cabaña reconvertida en área de interpretación, que explica la vida de los pastores, la elaboración del queso y el trabajo con las carboneras, y ya en el borde norte de la sierra, el Centro de Información del Parque Natural Urbasa-Andía, desde el que parten senderos señalizados que recorren rasos y bosques, y ofrecen preciosas vistas panorámicas. Un descenso sinuoso nos deja en Olazagutía , donde tomamos la A-10 hacia Pamplona . A la altura de Etxarri-Aranatz cogemos la salida 20 y subimos por la NA-120 hacia el puerto de Lizarraga. Así alcanzamos la parte alta de la sierra de Andía, otra meseta de praderas extensas, cabañas de pastores y paseos deliciosos.

El descenso nos lleva por Abartzuza , donde se alza, en un fondo de valle muy hermoso, el monasterio cisterciense de Iranzu. Y, por fin, desembocamos otra vez en Estella , capital de la región y final de nuestra ruta.

El último domingo de febrero se celebra en el pueblo de Arróniz el Día de la Tostada, una fiesta multitudinaria que atrae a numerosos visitantes, en la que se degustan sabrosas tostadas con aceite y ajo y se inaugura la temporada con la cata del primer aceite. La víspera arranca con concursos populares de elaboración de aceitunas caseras y partidos de pelota. El domingo es día de homenajes, actuación de coros, docenas de expositores con artesanía y productos de la tierra, y jornada de aguardar turno para probar una tostada con aceite.

Las aceitunas arbequina, empeltre y arróniz autóctona aprovechan al máximo el clima mediterráneo: sol abundante, lluvias escasas, cierzo del noroeste y fuertes contrastes de temperatura, en un suelo calizo carbonatado que resulta idóneo. Las olivas se recolectan como perlas: solo aquellas que permanecen en el árbol, con una madurez óptima. Se baten y se centrifugan en el molino, de donde sale un zumo excelente, que se decanta en la bodega. El resultado es un aceite con equilibrio entre su intensidad frutada y sus toques amargos y picantes. www.aceitenavarra.es

Es rico en ácidos grasos monoinsaturados, principalmente en forma de ácido graso oleico, muy beneficiosos para la regulación del colesterol, ya que ayudan a incrementar el colesterol bueno (HDL) y disminuir el malo (LDL). Además, es rico en vitamina E, antioxidante. Fundación Española de la Nutrición. Aceite de Navarra (D.O.P.)

Fuente: Guía Repsol