Una ruta por las bodegas de Castilla-La Mancha

El enoturismo atrae cada vez a más visitantes y, como reza el refrán, «con pan y vino se hace el camino»

Una ruta por las bodegas de Castilla-La Mancha abc

m. cebrián

El turismo se ha convertido en uno de los principales motores de la economía española, junto con las exportaciones, y Castilla-La Mancha no es una excepción. Pero en el caso de esta región, en ambos segmentos, tiene un peso fundamental el sector del ... vino , pues es uno de los que lidera los ingresos económicos en ambas actividades.

Cada vez más son los visitantes que se acercan a Castilla-La Mancha no solo interesados en su patrimonio cultural y natural, sino también movidos por otros placeres más mundanos, como son el comer y el beber. Y es que, como reza el refrán, «con pan y vino se hace el camino». De este modo, los caldos que dan las uvas castellano-manchegas están siendo reconocidos fuera de nuestra tierra como «de excelente calidad».

Para promocionar los vinos de la región una herramienta esencial es el turismo, como ha quedado demostrado en las actividades organizadas con la I Cumbre Internacional del Vino . Dentro de su programación, un total de 90 bodegas y cooperativas vitivinícolas de toda Castilla-La Mancha abrieron sus puertas al público para dar a conocer sus instalaciones y los detalles que rodean todo el proceso de elaboración de los vinos castellano-manchegos.

De hecho, Castilla-La Mancha cuenta con un gran número de bodegas, hoteles y otro tipo de alojamientos relacionados con el mundo del vino . En la región se pueden encontrar vinotecas, restaurantes donde el maridaje entre el vino y la cocina de calidad son los protagonistas, además de museos del vino, centros culturales dedicados a la cultura vinícola, centros de vinoterapia, empresas y organismos que preparan rutas de turismo del vino.

El objetivo del sector enoturístico es crear una red de rutas del vino . Para ello, decenas de empresas ofrecen visitar y acercarse al viñedo a través de sus instalaciones. Entre otras, destacan, bodegas como Castiblanque, Lahoz, Real, Aresan, Mont Reaga, Illana, Martúe, Los Aljibes, Pinto Polo, Cigarral Santa María, Casa del Valle o Peces-Barba, Pago Vallegarcía, Pago del Vicario, Dehesa del Carrizal o Sánchez Muliterno.

Naturaleza, tradición, cultura y gastronomía se mezclan para dar lugar al enoturismo. Esta actividad comienza a dar señales de solidez, crece la demanda y paulatinamente empieza a aumentar también la oferta, con cientos de bodegas que abren sus instalaciones para mostrar sus barricas.

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