La Cumbre del Vino se clausura con un mensaje de optimismo
Vicente Tirado destacó como objetivos la «calidad, comercialización y consumo» y María Luisa Soriano las «infinitas posibilidades» de los vinos de la región

La I Conferencia Internacional del Vino se clausuró este viernes dentro del marco de la I Cumbre del sector, que ha dejado un poso de optimismo entre las más de 1.500 personas que se han reunido en Toledo en estos dos días para aprender y ampliar conocimientos sobre esta materia, además de disfrutar de otra serie de actividades paralelas que tendrán continuidad durante el fin de semana.
El acto de clausura finalizó con la intervención del presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Vicente Tirado, que estuvo acompañado del delegado del Gobierno, Jesús Labrador ; la consejera de Agricultura y Medio Ambiente, María Luisa Soriano ; el presidente de la Diputación de Toledo, Arturo García-Tizón, y el delegado de la Junta en Toledo, Fernando Jou , además de numerosas personalidades del mundo político, económico y del sector vitivinícola.
El discurso de Tirado giró en torno a tres objetivos fundamentales del sector vitivinícola para conseguir el «éxito», que sería convertir a Castilla-La Mancha en el primer productor del mundo, «las tres ces» como él las calificó, que son «la calidad, la comercialización y el consumo». Si se consigue esto, señaló, «el vino tiene un futuro alentador» en la región.
Soriano subrayó la «altísima calidad» de los vinos castellano-manchegos, que los hace «muy competitivos» en los mercados internacionales y apuntó que Castilla-La Mancha ha demostrado en esta Cumbre sus «infinitas posibilidades», un término en el que coincidió con Tirado.
El director general del Observatorio Español del Mercado del Vino, Rafael del Rey, que guió las sesiones y debates de las dos jornadas, expresó un mensaje de optimismo porque hay «muchas cosas buenas que ganar», aunque aún reste un largo camino por delante y animó al sector a gestionar mejor su imagen, no solo en Castilla-La Mancha sino en el conjunto de España.
En la Cumbre participaron ayer expertos en el comercio internacional del vino en China, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, que apuntaron las fortalezas y debilidades del vino en cada una de estas zonas.
Así, la experta en comercio de vino en China, Jia Peng, explicó las «muchas posibilidades» que los vinos españoles tienen en este país en el que viven 691 millones de habitantes en las grandes ciudades, que son los principales consumidores de vino. Jia Peng, afincada en Francia y que ha trabajado con el sector del vino de Castilla-La Mancha desde 2008, afirmó que los vinos españoles que se exportan a China son «muy pocos», pese a que las potencialidades son muchas.
El mercado chino
Según los datos que ofreció, el 90% del vino que se consume en China se produce allí, con lo que solamente se exporta un 10%, y las variedades más demandadas son cabernet sauvignon y merlot, en tintos, y chardonnay, en blancos. En este sentido, apuntó que el mercado chino sigue las corrientes mundiales y quiere comprar el vino que más se vende en el mundo, que es el chardonnay.
Los consumidores de vino en China son los habitantes de las grandes ciudades y se estima que 178 millones de personas —de las 691 millones que habitan en grandes urbes— son consumidores potenciales de vino y que el 50% tienen entre 25 y 55 años.
Por su parte, el bodeguero Félix Solís destacó que su empresa fue pionera en vender vino en China en 1998, una «apuesta arriesgada» en su momento pero que ha crecido en los últimos cinco o siete años y que seguirá aumentando «de manera exponencial» a largo plazo. Hoy en día este grupo es el primer exportador español de vino a China y el sexto europeo —los cinco anteriores son franceses— y exporta a China ocho millones de litros de vino.
Sin embargo, Solís explicó que en los últimos cinco o siete años el consumo de vino en China está creciendo «de manera exponencial» y auguró que este crecimiento continuará a largo plazo. El consumo medio de vino en China se sitúa en 0,5 litros por habitante y año mientras que en Japón es de 2,5 litros, por lo que Solís aseguró que «se vislumbra un buen futuro para las exportaciones a este país». También indicó que durante los primeros años de venta de vino a China se exportaba sobre todo granel, pero en los últimos cinco años han aumentado las exportaciones de vino embotellado en mayor proporción que el granel.
Por otro lado, el vino español se ha convertido en una «dura competencia» para los caldos franceses e italianos en Alemania, un país de 85 millones de habitantes con buenas perspectivas económicas ya que «crecerá sin cesar» hasta 2019, algunos años por encima del 2%.
Sin embargo, el sector aún tiene una representación pequeña en Estados Unidos y sus variedades de uva, como tempranillo y garnacha, son poco conocidas en Reino Unido.
El consultor experto en el mercado alemán y habitual colaborador del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), David Schwarzwalder, explicó que Alemania es el primer consumidor mundial de vinos espumosos y el cuarto consumidor de vino en cifras globales y resaltó la «insuperable» relación calidad precio de los vinos castellano-manchegos, «admitido incluso por la competencia», manifestó.
Alemania consume 21 millones de hectolitros de vino, de los que exporta 15 millones. Pero también produce vino, unos 9 millones de hectolitros, y exporta unos 4 millones, no solo de su vino sino de los que recibe a granel y embotella para reenviar a terceros países.
Según Schwarzwalder, las exportaciones de vino español han crecido en volumen y valor en los últimos años y ya se han convertido en «una competencia durísima» para los caldos italianos y franceses. Subrayó que el vino blanco que demanda Alemania es un vino joven, con cierta acidez, moderado en alcohol y afrutado, que tiene un precio medio de 6 euros la botella.
Datos en Alemania
Y el presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha y de la sectorial nacional del vino, Ángel Villafranca, destacó que del total del vino que exporta España a Alemania, el 65% está embotellado, el 15% son espumosos y entre el 20 y el 25% es granel.
Frente a esta situación, el periodista y viticultor Víctor de la Serna lamentó la «pobre» representación de Castilla-La Mancha en el mercado estadounidense e indicó que España vende a Estados Unidos 50 millones de botellas al año, que son unos 40 millones de litros de vino.
En cuanto a Reino Unido, el experto y consultor Tim Atkin destacó el escaso conocimiento que hay de las variedades de uva españolas, como tempranillo o garnacha, e instó a «hacer mejor vino» para vender más.
Y en este mismo sentido, el presidente de la asociación bodeguera de los Grandes Pagos de España, Carlos Falcó, apuntó que la «estrategia clave» en el sector del vino es la marca, aunque es una «batalla dura» porque hay muchas marcas de vino frente a lo que ocurre en el sector de la cerveza, donde pocas marcas dominan el mercado.
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