Suscribete a
ABC Premium

artes&LETrAS

El Greco en el Modernismo (II)

El objetivo de Rusiñol fue situar a El Greco a la cabeza de la pirámide de la estética del Modernismo

El Greco en el Modernismo (II) archivo ABC

por antonio illán illán y óscar gonzález palencia

El Modernismo había hallado su santuario en Cau Ferrat con Rusiñol. Sin embargo, restaba la difusión y el signo central que rubricaran el devenir de un movimiento que debía afianzarse de manera definitiva con la unión de todos sus cultivadores y el ... apoyo de todos los intelectuales de su tiempo. Por ello, con talante lúdico, pero también con afanes de promoción, se celebrarían cinco fiestas modernistas en Sitges, como verdaderos hitos de la evolución de esta corriente estética. El pueblo marinero llegaría a convertirse en la Meca del Modernismo . Si repasamos someramente el desarrollo de estas celebraciones, veremos cómo el objetivo de Rusiñol fue, en último término, situar a El Greco a la cabeza de la pirámide de la estética modernista, difundiendo su talento entre todos los artistas e intelectuales de aquel tiempo, como un eje orbital en torno al que debía girar toda la actividad cultural del fin de siglo. En 1892, fue organizada la primera de las fiestas modernistas en el Ayuntamiento de Sitges; a ella fueron convocados, para exponer sus obras, los artistas locales, junto a Ramón Casas , el propio Rusiñol y Eliseu Meifrén. La segunda de las fiestas modernistas se llevó a cabo bajo los cuidados de los miembros de la revista L’Avenç , que focalizaron la atención sobre los simbolistas belgas, con la participación de los músicos Enric Morera y César Frank, con un espacio preferencial para la representación de La intrusa , de Maurice Maeterlinck.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia