Tiroteos, avalanchas e incluso japoneses imprudentes, los riesgos de Pokémon Go

Ir andando por la calle sin mirar al frente y con los ojos pegados de la Game Boy tenía algunos peligros, como chocarse con una farola o con algún paseante descuidado, pero es que, a tenor de las últimas noticias, la gente hace cualquier cosa por capturar un Pokémon en 2016.

Quizá el momento de histeria colectiva más conocido fue el que tuvo lugar este fin de semana en los alrededores de Central Park , en Nueva York, donde hubo hasta quien optó por detener su coche en mitad de la carretera para entrar en el parque a capturar un Vaporeon, un ejemplar pokémon que no es muy usual . Tal fue la avalancha que rápidamente se convirtió en tendencia en las redes sociales.

Algo parecido ocurrió en una comisaría australiana , donde una multitud de entrenadores pokémon se concentró en los aledaños en busca de un ejemplar realmente extraño. No se atrevieron a entrar, quizá porque la policía advirtió de que el interior del recinto no era un lugar para jugar a Pokémon Go, pero ahí quedó el susto.

También vivieron emociones fuertes dos intrépidos cazadores en Palm Coast (EE.UU.) que, mientras jugaban, llamaron la atención de un vecino de la localidad que se asomó a ver qué pasaba. Este hecho asustó a los jóvenes que huyeron a toda velocidad. Ante tal coyuntura, el vecino, ni corto ni perezoso, cogió la escopeta y disparó contra ellos . Por suerte no hubo que lamentar daños personales.

Y el colmo de la adicción a esta nueva versión del famoso juego llega, igualmente, desde nuestras antípodas, ya que en la región australiana de Nueva Gales del Sur , la policía tuvo que multar a varios conductores porque circulaban mientras jugaban a Pokémon Go. No sabemos si estarían buscando alguna criatura de este universo virtual por la zona, pero está claro que pusieron en riesgo al resto de conductores.

Sin embargo no hace falta irse tan lejos para ver los estragos que está causando Pokémon Go y si no que lo pregunten en el cuartel de la Guardia Civil de la localidad madrileña de Las Rozas, donde esta noche dos jóvenes han considerado que era una buena idea colarse para «cazar» algún pokémon.

Por su parte, en Barcelona, los Mossos d'Esquadra sorprendieron hace un par de días a una joven pareja de turistas japoneses que se había adentrado en el túnel de la Rovira , un lugar prohibido para viandantes, para «cazar» pokémons. Una imprudencia considerable.

Y precisamente para evitar que episodios similares que pudieran herir la sensibilidad de algún colectivo, el museo del antiguo campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau (sur de Polonia) ha prohibido a sus visitantes usar el juego en su recinto por respeto a las víctimas del nazismo. De igual modo, aunque no por respeto a las víctimas, sino por otros motivos bien diferentes, los valientes entrenadores pokémon que se atrevan a ir de «safari» a Corea del Norte verán cómo hay muchas zonas en las que no podrán jugar por motivos de seguridad.

A partir de ahora sólo está por ver si hay alguna forma de limitar las zonas a las que puedan acceder los cazadores pokémon o, si por el contrario, se colarán hasta en las comidas familiares -de otras personas- los domingos.