Probamos el LG Gram Pro, un 'ultraportátil' con el peso de una nube

Empecemos por su punto fuerte: la pantalla. Con tecnología OLED, el monitor de 16 pulgadas de este equipo alcanza una resolución de 2880x1800 (más allá del 2K) y una tasa de refresco de 120Hz. La primera impresión al encenderlo es asombrosa, por la calidad de los colores y el brillo que alcanza. Es idóneo para ver películas, series o editar imágenes allá donde quieras. Porque otro punto fuerte es su peso, de tan solo 1,1kg. Para lo grande que es, sorprende de nuevo lo poco que pesa al sujetarlo con una mano. De hecho, lo puedes mantener sobre las yemas de los dedos sin complicación.

Por fuera, cuenta con un chasis de nanocarbono y magnesio, y al tacto se siente el plástico, pero resulta bastante resistente y elegante. De hecho, la compañía asegura que ha pasado estándares militares de durabilidad. Lo único que no nos ha gustado de su aspecto es el color negro de su carcasa, ya que muestra las huellas dactilares con facilidad y provoca que se acumule algo de suciedad.

En el interior de este 'ultraportátil' encontramos 32GB de RAM, un procesador intel i7 y una gráfica integrada Intel Arc. Hay otros modelos con tarjetas NVIDIA (como la RTX 3050) por lo que en un primer vistazo pensábamos que, el rendimiento, sería más bien medio pese a la calidad del hardware. Nada que ver. Hemos jugado largas sesiones de 'Cyberpunk 2077' y 'Shadow of the Tomb Raider' con los gráficos al máximo y la gráfica integrada se ha defendido a la perfección, permitiéndonos jugar con una tasa de frames estable. De hecho, al contar con varios puertos USB-C y USB-A puedes conectar tus periféricos gaming para jugar con la misma comodidad que tendrías en tu habitación o salón. Para un uso de ofimática, el Gram Pro ofrece 21 horas de autonomía, que a la hora de jugar se ve reducido a más de la mitad, pero también es justificable.

Por desgracia, ningún equipo es perfecto, y el Gram Pro tiene algunos fallos a nuestro gusto. El primero, y el más evidente, es que tanta potencia genera calor, y en esta ocasión viene acompañada de ruido, mucho ruido. Los dos ventiladores con los que cuenta el portátil no tienen ninguna verguenza en ponerse a funcionar cuando lo creen conveniente, con el inconveniente que, en ocasiones, pueden solapar el sonido del contenido que se está reproduciendo. Por suerte el calor no traspasa al teclado, pero si se siente cuando uno apoya el portátil sobre las piernas, por ejemplo.

También nos ha parecido una mala decisión incluir un teclado completo (98 teclas, con teclado numérico de 3 filas) porque obliga en el diseño a que cada tecla sea, a nuestro juicio, minúscula. Se podría haber prescindido del teclado número, como se suele hacer en la mayoría de portátiles. Tan grande que puede ser incómodo para transportarlo, irónico cuando el objetivo del Gram Pro es ese, poder llevarlo donde quieras.

En resumen, el LG Gram nos ha parecido un muy buen equipo. Ahora bien, no es perfecto y por el precio que tiene (alrededor de los 2.242 euros) uno debe de pensar muy bien si puede o debe hacer el desembolso. Si eres un usuario que realmente necesita tener la máxima potencia —y ligereza— y te mueves con mucha frecuencia, seguramente sea tu portátil.