La prensa de Venezuela recurre a la IA para quitarse la mordaza de Maduro

Parece que la Chama lleve toda la vida dedicándose a esto. Precisamente lo mismo ocurre con el Pana, su compañero en los vídeos en los que aparece y que se pueden encontrar hasta en el último rincón de la red. Pero qué va. Apenas llevan unas semanas haciendo este trabajo. Tampoco está claro que vayan a seguir dedicándose a ello durante mucho tiempo, porque ni siquiera son reales. Son avatares movidos por inteligencia artificial (IA). Su misión pasa por hacer lo que, actualmente, los periodistas venezolanos no pueden: informar en libertad. Sin miedo a las represalias del estado.

«Por razones de seguridad no damos muchos detalles técnicos de cómo hacemos que funcionen, aunque hay parte de tecnología y artesanía. Pero lo más importante es que todo lo que dicen está verificado y procede de periodistas. La IA, en ningún caso, va a la deriva diciendo lo primero que se le ocurre», explica en conversación con ABC Carlos Eduardo Huertas, periodista y director de Connectas, organización colombiana de periodistas que colabora con asociaciones venezolanas, como La Hora de Venezuela y Venezuela Vota, en este proyecto, bautizado como Operación Retuit.

A pesar de que la andadura de los avatares comenzó hace apenas unas semanas, las tres asociaciones ya llevaban tiempo trabajando en encontrar la forma de salvar el presumible cerrojazo informativo que el régimen venezolano iba a orquestar a raíz de las elecciones del pasado julio. Ya se olían que los medios de comunicación iban a tener problemas para informar con normalidad sobre los comicios antes, incluso, de que Maduro anunciase su presunta victoria sobre el legítimo presidente del país, Edmundo González, que según las actas habría contado con más del 67% de los votos de los venezolanos que pudieron acudir a las urnas. «Cuando llegaron los resultados poco claros de las elecciones, la represión se endureció y la situación de los periodistas se empezó a agravar», señala Huertas. Desde entonces, el número de represaliados por las protestas ciudadanas ronda los 1.500. Y subiendo.

Huertas remarca que la misión de la Chama y el Pana no pasa por actuar como periodistas. Básicamente porque no lo son; y así lo dejan claro los mismos avatares en los vídeos en los que aparecen. Su única labor es dar una nueva cara y voz a los periodistas que, actualmente, no pueden hacer su trabajo con normalidad en el país: «En Venezuela hay mucha precaución y dificultades para acceder a las fuentes de primera mano. También un temor entre los periodistas que es natural. Ha habido anulaciones de pasaportes de muchas personas, incluidos periodistas«.

Absolutamente toda la información que comparten los avatares en redes sociales y plataformas como YouTube procede, directamente, de profesionales y, como tal, está verificada. Los avatares simplemente son una medida de seguridad para evitar la represión del régimen.

«Comenzaron participando una docena de medios y ahora son unos veinte. Tanto de dentro como de fuera de Venezuela. Pero no damos nombres, porque gran parte de los periodistas que participan, más de 100, siguen en Venezuela, y lo mismo pasa con los medios que apoyan el proyecto», dice el director de Connectas.

Hasta la fecha, La Chama y El Pana han protagonizado quince episodios de Operación Retuit en castellano y otros tres en inglés. En ellos informan sobre las detenciones de políticos, periodistas y defensores de los derechos humanos. También han lanzado críticas contra la confección del nuevo gobierno, han comentado la ruptura de Maduro con grupos pertenecientes al chavismo tradicional o han ahondado en la crisis de las actas electorales.

Más allá de que la tecnología proporciona un buen camuflaje a la hora de compartir datos en internet de forma anónima, la elección de herramientas basadas en IA para llevar a cabo esta función no fue casual. Las organizaciones detrás de Operación Retuit eran conscientes de que necesitaban un formato «atractivo para amplificar la importancia de los contenidos», según explica Huertas. Y lo consiguieron, atendiendo a las miles de interacciones que están consiguiendo por todo internet. Pero no son los primeros que han llegado a esta consideración.

El uso de avatares movidos por IA destinados a informar no es nuevo. En países como Corea del Sur llevan empleándose desde hace tiempo gracias al surgimiento de empresas especializadas, como es el caso de DeepBrain AI. «Nuestros avatares están siempre preparados para dar las noticias, ya los hemos utilizado en varios canales y seguimos buscando clientes que estén interesados», explicaba hace unos meses en conversación con este diario Michael Jung, jefe de estrategia y desarrollo de negocio de la tecnológica.

Las herramientas de esta firma fueron empleadas para la creación en 2023 de Riva Houston, una corresponsal virtual que fue lanzada por Fox para informar sobre la actualidad de la localidad texana de Houston (EE.UU.). La firma también ayudó a desarrollar un avatar del popular presentador de la cadena china CCTV Wang Guan, en este caso con el objetivo de que el auténtico comunicador pueda descansar más.

«Los avatares se están usando mucho también, por ejemplo, en canales de teletienda para no tener a una persona a las tantas de la mañana trabajando», señala a este periódico el analista de negocio digital y experto en IA José Luis Casal. En su opinión, la inteligencia artificial no solo es ideal para que el periodista pueda quitarse algo de trabajo o esquivar la represión en países como Venezuela. También abre la puerta a que personas con pudor puedan comunicar fácilmente sin necesidad de mostrarle sus caras a todo el mundo: «Tú le das (al avatar) la información que quieras y este la dice, y están saliendo algunos muy reales. Se están viendo cada vez más también en páginas como YouTube».

Por su parte, Ulises Cortés, catedrático de IA en la Universidad Politécnica de Barcelona, se muestra más cauto acerca del uso de esta tecnología con el fin de informar. «En casos como el de Venezuela su uso está justificado, pero en el mundo de TikTok su empleo es una bomba de relojería», señala el docente. «Crear chatbots personalizados que intenten influir en las opiniones políticas de los individuos a gran escala no es una tarea sencilla. Su uso no se enfoca tanto a personas como a perfiles de personas, y el efecto es la viralidad», prosigue.

La IA, incluso, ha comenzado a dar sus primeros pasos en el terreno de la política, donde el uso de herramientas de esta clase es más espinoso. El ejemplo más reciente lo vimos en las elecciones de Reino Unido del pasado 4 de julio, cuando un empresario tecnológico llamado Steve Endeccot presentó a los comicios a una versión suya llamada AI Steve. El candidato virtual contaba con una plataforma a través de la cual quien quisiera podía conversar con él y compartir sus preocupaciones e ideas. ¿El resultado? 179 votos en total, y gracias. «Eso fue puro postureo para parecer más moderno. Era más un chatbot de toda la vida que otra cosa», señala Casal.

AI Steve tampoco fue el primero de su clase. Ya en 2022 un partido danés presentó a las elecciones a un chatbot conocido como Leader Lars. Evidentemente no obtuvo ningún escaño. «Fue una broma que el sistema político permite. Recuperaba las ideas de Asimov sobre robótica y se burlaba de las democracias, ya que se utilizó como material para entrenar al chatbot los programas de partidos minoritarios desde 1970», señala sobre esta intentona Ulises Cortés.