Probamos el Google Pixel 6a: un móvil muy parecido a su hermano mayor por 200 euros menos

La pantalla del Pixel 6a es una OLED FHD de 6,1 pulgadas, lo que vienen a ser 429 píxeles por pulgada frente a los 411 ppp, del Pixel 6. Es decir, el 6a tiene una densidad de píxeles levemente superior al ser la pantalla un poco más pequeña. La única diferencia en el panel es la tasa de refresco, de 90Hz en el Pixel 6, que pasa a 60 Hz en el 6a, algo que en realidad, en el día a día, tampoco es muy notorio, a no ser que utilices el teléfono para jugar de forma intensiva.

En cuanto al diseño el modelo 6a, es igual que el 6 y el 6 Pro, con esa banda que agrupa las cámaras tan característica. El Pixel 6a es un poco más pequeño, pero prácticamente no se aprecia. La diferencia principal se encuentra en el material que ha usado Google en la carcasa, que ha bajado la calidad del acabado, con una sensación más de plástico que de cristal, como suele llevar la gama alta.

El cambio de material también hace que la resistencia al polvo y al agua sea menor, de IP68, pasamos a IP67; es decir, si se sumerge el Pixel 6a en agua aguantaría menos tiempo que el 6 sin sufrir daños. El Pixel 6a viene en tres colores, el clásico negro, verde salvia y tiza.

Lo interesante está en el corazón del Pixel 6a, ya que utiliza el mismo procesador que sus hermanos mayores, el Titan M2. Un procesador capaz de enfrentarse directamente a los de gama alta como el Snapdragon Gen 1 de Qualcomm y que, además, curiosamente, funciona algo mejor en el 6a que en el 6, con un comportamiento más fluido.

Al Titan M2 le acompañan 128 gigas de almacenamiento interno y 6 gigas de memoria RAM, 2 gigas menos que al Pixel 6. Hay que destacar que todos los sistemas de seguridad del Titan M2 que tienen los otros Pixel 6 también los vamos a encontrar en el Pixel 6a. Hemos notado que genera algo de calor durante las pruebas, pero con las temperaturas del verano es difícil de juzgar.

La cámara principal ha sido otro de los aspectos donde Google ha recortado. Pasa de usar el Quad Bayer Octa PD de 50 megapíxeles como cámara principal a los 12,2 megapíxeles de un Dual Píxel. También perdemos el sensor LDAF de enfoque por láser, sustituido por un autoenfoque por software. La estabilización también sufre, y aunque sigue siendo parcialmente óptica, la combina con electrónica.

El gran angular es exactamente el mismo de los otros terminales, campo de visión de 114 grados y 12 megapíxeles. Las imágenes resultantes son de buena calidad, e incluso en situaciones de baja luminosidad podemos obtener un gran resultado. Al fin y al cabo, Google confía mucho en el postprocesado de las imágenes con inteligencia artificial para mejorar su calidad, y este proceso es exactamente el mismo que en el resto de los Pixel.

La cámara frontal es de 8 megapíxeles, la misma que ya equipa el Pixel 6. La grabación de video es 4k 60 FPS; pero, obviamente, no tienen la estabilización del Pixel 6.

La duración de batería es la misma que los modelos anteriores, aunque Google promete 24 horas autonomía, esto en realidad no se cumple, y dependiendo del uso, al medio día nos podemos encontrar con sólo el 50% de batería. El terminal adolece del mismo problema de gestión de batería del Pixel 6, donde el descenso del nivel no es gradual sino repentino y un tanto impredecible.

El Pixel 6a también pierde la carga inalámbrica, y por tanto la carga inalámbrica inversa. La carga rápida es de 18W, nada llamativo comparado con lo que hay en el mercado que ya ha llegado a los 150W. El desbloqueo es sólo por huella dactilar, pero funciona mejor que en el Pixel 6, donde a nosotros nunca nos terminó de ir bien.

La más interesante de cualquier teléfono de Google se encuentra en el software que sólo puedes encontrar en un Pixel, como son la grabadora, la traducción simultánea o el borrador mágico para eliminar elementos de las fotos. También la buena integración de todos los servicios de Google que tienen sus teléfonos con Material You en Android 12 y el interfaz personalizado. Si eres fan de Google, cualquier Pixel merece la pena.

El Google Pixel 6a es un gran teléfono, es cierto que sobre el papel sacrifica algunos aspectos sobre sus hermanos mayores, pero que no serán muy notorios para muchos usuarios y, a cambio, obtienen lo último en tecnología de Google, con uno de los procesadores más rápidos e inteligentes del mercado.

Y parecerá mentira, pero teniendo ambos teléfonos, el Pixel 6 y el Pixel 6a, la experiencia de uso del 6a ha sido mejor. Google ha corregido muchos fallos del Pixel 6, ya que han pasado 9 meses de su lanzamiento, incluso ha mejorado la integración de su CPU para sacarle un mayor rendimiento. Como decíamos, sobre papel es fácil apreciar las diferencias entre ambos terminales, pero es así en la práctica.