Una iglesia alemana utiliza ChatGPT y avatares digitales para oficiar una misa entera

Según recoge 'The Associated Press', la misa fue 'dirigida' por cuatro avatares digitales, dos hombres y dos mujeres, que, a través de una pantalla gigante ubicada sobre el altar de la iglesia, se dedicaron a predicar a partir del texto generado por ChatGPT durante cuarenta minutos. 300 fieles fueron testigos.

«Queridos amigos, es un honor para mí estar aquí y predicarles como la primera inteligencia artificial en la convención de protestantes de este año en Alemania», dijo uno de los avatares, con rostro inexpresivo y voz monótona, según apunta 'AP'.

Todo el servicio, el sermón, las oraciones y la música, fue creado por ChatGPT y Jonas Simmerlein, teólogo y filósofo de la Universidad de Viena. Aunque este último restaba importancia a su papel en el desarrollo. «Diría que alrededor del 98% (del servicio) proviene de la máquina», categorizó Simmerlein.

«Le dije a la inteligencia artificial: 'Estamos en el congreso de la iglesia, eres un predicador... ¿Cómo sería un servicio religioso?'», dijo el teólogo. «Ha terminado siendo un servicio religioso bastante sólido», zanjó, satisfecho con el experimento.

A pesar de que, en líneas generales, el oficio fue un éxito, algunos asistentes hicieron notar la falta de pasión de los avatares a la hora de predicar. Y es que uno de los grandes debes de los sistemas de vídeo basados en inteligencia artificial sigue siendo, a pesar de los avances, la inexpresividad de las creaciones digitales. Esta característica ayuda a que los usuarios puedan detectar con cierta facilidad este tipo de contenido.

«No había corazón ni alma», lamentó Heiderose Schmidt, una mujer de 54 años que, además, trabaja en el campo de la informática. Marc Jansen, un pastor luterano de 31 años, se quedó algo más impresionado con el resultado del servicio: «Me sorprendió positivamente lo bien que funcionó. Además, el lenguaje de la IA funcionó bien, aunque a veces era un poco irregular».

Sistemas como ChatGPT siguen teniendo importantes limitaciones. De acuerdo con Simmerlein, el experimento en la iglesia de San Pablo no tiene como objetivo ser un primer paso para la sustitución del sacerdote en los oficios. Sin embargo, sí que puede ayudar a que los religiosos dediquen su tiempo a las labores que consideren más importantes, como puede ser recurrir al sistema basado en inteligencia artificial para la elaboración de un sermón. «El sacerdote está en la congregación, vive en ella, entierra a la gente, les conoce desde el principio. La IA no puede hacer eso. No conoce a la congregación», zanja el teólogo.