NEURALINK

Elon Musk afirma haber implantado un chip en el cerebro de un paciente y lo llama 'Telepatía'

El multimillonario quiere que podamos hacer llamadas de teléfono o conectarnos a internet con la mente

Qué es y para qué sirve Neuralink y por qué Elon Musk nos lo quiere poner en la cabeza

Musk buscó voluntarios para el primer ensayo en humanos del chip cerebral de Neuralink el año pasado

Elon Musk, tras el logo de Neuralink REUTERS

El multimillonario Elon Musk ha anunciado que su compañía Neuralink, dedicada al desarrollo de un novedoso interfaz cerebro-computadora, ha implantado su primer dispositivo en un paciente. El chip cerebral, al que ha llamado 'Telepatía', fue colocado el domingo y, según el empresario, permitirá controlar ... un teléfono o una computadora «simplemente pensando». Aunque Neuralink ha sido duramente criticada por la muerte de varios monos en sus experimentos preliminares, el pasado septiembre recibió el visto bueno de una junta de revisión independiente para comenzar el reclutamiento para su primer ensayo clínico en humanos.

Como es habitual en muchas de sus iniciativas, Musk ha dado algunos detalles sobre el primer implante cerebral de Neuralink a través de su propia red social X (antes Twitter), pero no ha informado de la identidad del paciente ni ha ofrecido muchos detalles de cómo se encuentra, aparte de estar «recuperándose bien» y de que se han detectado unos «prometedores picos neuronales o impulsos nerviosos».

Sin embargo, Musk sí ha señalado que los primeros usuarios «serán aquellos que hayan perdido el uso de sus extremidades». En este sentido, escribió: «Imagínese si Stephen Hawking pudiera comunicarse más rápido que un mecanógrafo. Ese es el objetivo» .

Además de SpaceX y Tesla, Neuralink es una de las grandes ambiciones de Musk. Fundada en 2017, los implantes de cerebro se empezaron a probar en animales unos meses más tarde. En febrero de 2021, anunció que un mono con uno de sus chips era capaz de jugar al videojuego 'pong' solo con el pensamiento.

En noviembre de 2022, Musk predijo que la empresa comenzaría las pruebas en humanos en seis meses. Entonces, la compañía dio a conocer un vídeo en el que dos monos parecían mover los cursores de una computadora solo con sus pensamientos. No fue hasta el pasado mayo que Neuralink recibió la autorización de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU. (FDA) para comenzar los ensayos con humanos y en septiembre logró la aprobación de una junta de revisión independiente para comenzar el reclutamiento para probar el implante en humanos. Se desconoce el número de participantes, pero en su día se comunicó que se trataba de personas con parálisis debido a una lesión de la médula espinal cervical o esclerosis lateral amiotrófica. Supuestamente, el ensayo tardará unos seis años en completarse.

Hilos «ultrafinos» para transmitir señales cerebrales

El estudio utiliza un robot para colocar quirúrgicamente un implante de interfaz cerebro-computadora (BCI) compuesto por 64 hilos flexibles, más finos que un cabello humano, en una región del cerebro que controla la intención de moverse. En teoría, estos hilos permiten que su implante experimental -alimentado por una batería que puede cargarse de forma inalámbrica- registre y transmita señales cerebrales también de forma inalámbrica a una aplicación que decodifica cómo pretende moverse la persona. Su objetivo inicial es permitir a las personas controlar el cursor o el teclado de una computadora usando solo sus pensamientos.

El trabajo de Neuralink no ha estado exento de polémica. El Comité de Médicos para la Medicina Responsable pidió el pasado septiembre que se investigue a la firma por la muerte de doce monos durante los ensayos, aunque el propio Musk había dicho en X que ningún mono había muerto como resultado de uno de sus implantes. El millonario añadió que para minimizar el riesgo para los monos sanos, habían elegido ejemplares terminales (que ya está cerca de la muerte).

Sin embargo, para la organización, esta declaración era «falsa y engañosa». Según el grupo, si bien Neuralink utilizó tres monos terminales que no se recuperaron de la cirugía, sí sacrificó a doce animales previamente sanos como resultado directo de problemas con el implante de la empresa.

Problemas éticos

A pesar de todo el revuelo que se forma con cada anuncio de Elon Musk, la realidad es que las tecnologías de interfaz cerebro-computador llevan desarrollándose desde hace más de una década. «No es nada nuevo -comenta a este periódico Juan Lerma, director del recientemente creado Centro Internacional de Neurociencias Cajal (CINC-CSIC)-, ya se han implantado electrodos del tamaño de una moneda de diez centavos en la corteza cerebral de individuos tetrapléjicos, conectados a un ordenador. El paciente (con sus pensamientos) era capaz de mover un brazo robótico y tomarse un café». En otro caso publicado, el individuo controlaba un ordenador, llamaba por teléfono, encendía o apagaba las luces o levantaba las persiana.

«Lo que sí es nuevo -puntualiza Lerma- es que el sistema de Musk es inalámbrico, no está conectado a una máquina a través de cables, pero eso es el devenir lógico de la tecnología». Además, «probablemente este tipo de electrodos sean algo diferentes, pero eso también es esperable, por el avance de los conocimiento de los materiales, pero no es significativo».

Sin embargo, el neurocientífico sí cree que esta tecnologías podrían plantear un dilema ético ya que podría suponer el uso de los pensamientos más íntimos de un individuo sin su permiso. E incluso la introducción de datos falsos en el cerebro. «Sabemos que se pueden implantar memorias falsas. Se ha hecho con ratas. Habría que analizar, poner límites y regular a estas técnicas», advierte Lerma.

 

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