Cuidado: estos son los trucos que están usando para clonar tu tarjeta y desplumarte sin que te enteres

Todo suele comenzar con un mensaje en el que los criminales, normalmente haciéndose pasar por una empresa conocida, intentan engañar al internauta para que, sin darse cuenta, comparta sus claves de acceso a la banca online. Durante los últimos años ha habido muchos casos en los que los delincuentes, directamente, suplantan a la entidad bancaria de turno y mandan alertas de movimientos sospechosos en la cuenta o sobre bloqueos por razones de seguridad. El objetivo, al final, es conseguir preocupar al internauta para que, presa del temor, comparta todos los datos sin pensarlo dos veces.

«Lo más normal es que te lleguen por grupos de WhatsApp o por correo. La semana pasada hubo uno en el que se hacían pasar por la DGT», explica a ABC Josep Albors, jefe de investigación y concienciación de la empresa de ciberseguridad ESET. Hecho esto, según afirma el experto, si cuentan con información suficiente pueden clonar la tarjeta de crédito, robar todo el dinero o suscribirlos a servicios premium para que, poco a poco, el internauta vaya perdiendo dinero. En ocasiones cogiendo solo pequeñas sumas para evitar que la víctima caiga en la cuenta.

«Estas estafas suelen ser estacionales y las adecuan a campañas, como las vacaciones de verano o la Navidad, para que tengan más éxito», remarca Albors.

Los delincuentes también pueden recurrir al 'skimming', que es como se denomina al sistema en el que los delincuentes emplean lectores 'a distancia' de las bandas magnéticas o chips para extraer los datos sin siquiera tocar al interesado y sin que este se dé cuenta. Para conseguir robar los datos de la tarjeta en estos casos pueden emplear pequeños dispositivos portátiles o trucar los cajeros automáticos poniendo un lector y un teclado fraudulento.

También pueden recurrir a métodos mucho menos técnicos, como 'shoulder surfing', como señalan desde la empresa de ciberseguridad Panda, que no por su nombre en inglés es más innovadoramente glamouroso, ya que no consiste más que en mirar por encima del hombro de cualquiera que esté realizando una operación (sacar dinero de un cajero o pagar en una tienda física metiendo el número PIN) para recabar la información.

Pero la cosa no queda ahí. Algunas estafas incluso están dirigidas contra objetivos específicos, y una de la víctimas más vulnerables son los ancianos. El año pasado, la Policía Nacional alertaba sobre un timo en el que los delincuentes bloqueaban el acceso de tarjetas físicas en cajeros automáticos para acercase a la víctima y, con la excusa de ofrecer ayuda, cogen su tarjeta y sacan dinero recurriendo al chip 'contactless' que incorpora sin que esta caiga en la cuenta.

Todos los expertos en ciberseguridad destacan que, si quieres evitar ser víctima de este tipo de estafas, es importante que el usuario sea prudente con sus claves y no las comparta alegremente por internet. Si recibe un mensaje sospechoso, lo mejor es que entre en contacto con la entidad o la empresa de turno para que pueda salir de dudas acerca de su veracidad.

En lo que se refiere al 'skimming', es clave que el usuario tenga siempre vigilada su tarjeta y que no saque dinero bajo ningún concepto en cajeros sospechosos. Evidentemente, todos los datos bancarios son privados, y no deben ser compartidos con nadie, especialmente con desconocidos.

También es aconsejable que los usuarios revisen sus extractos bancarios con frecuencia. Así podrán comprobar si hay movimientos extraños e intentar ponerle solución antes de que la pérdida de dinero sea importante.